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Domingo 26 de noviembre del 2006
VENEZUELA HORAS DE ANGUSTIA
Por
Hernán Maldonado
Venezuela se encamina a un nuevo encuentro con su destino. Las horas pasan vertiginosamente mientras se acerca este 3 de diciembre cuando se decidirá no entre dos hombres, sino entre dos sistemas de gobierno, entre la democracia y el totalitarismo, entre la opresión y la libertad.
Venezuela vive horas de angustia porque sabe que nada será igual después de las elecciones venideras. El país, para utilizar una expresión venezolanísima, "ha llegado al llegadero", es decir que no hay términos medios. O es chicha o es limonada. Así de simple.
El presidente Hugo Chávez ha prometido, de ser reelegido, prolongar su mandato hasta el 2021, cuando supuestamente (lo ha dicho medio en broma y medio en serio) le reemplazará en el cargo su hija Rosainés, muy al estilo de las sucesiones que se dan en Cuba y Corea del Norte.
Manuel Rosales, su contrincante, promete devolver a los venezolanos el pleno goce de las libertades civiles, la restauración del sistema democrático con la separación de poderes y una correcta administración de los cuantiosos recursos que el país recibe por sus exportaciones petroleras.
Chávez tiene un fuerte apoyo en sectores marginales. Los pobres de ayer fueron convertidos en mendigos a través de subsidios de los que dependen ahora totalmente, ora para su precaria manutención, su salud en postas atendidas por médicos cubanos y con becas para su educación. Chávez tiene amarrados esos votos.
Por si fuera poco, Chávez tiene esclavizados a 2.5 millones de empleados públicos a los que amenaza con despidos si no asisten a sus concentraciones políticas y peor si el domingo no votan por él.
El desbarajuste del actual gobierno que se traduce en el abandono en que se debate la salud pública en general, la escasez de viviendas, la dejadez de la educación y sobre todo la inseguridad que ha costado la vida a 100.000 venezolanos en manos del hampa en éstos ocho años, terminaron por cansar a buena parte de la población que busca un cambio con Rosales.
Chávez, además, tiene un Consejo Nacional Electoral digitado desde su despacho y con sospechas de que ha montado un enorme fraude electrónico con las máquinas de votación, motivo por el que alardea que ganará con 10 millones de votos.
Pero Rosales y la gente que lo sigue, están tan seguros de su victoria, que prometen no dejarse robar el voto y permanecer en los centros de votación, aun conscientes de que no se depuró el registro electoral con 1,7 millones de electores sin domicilio o de que el gobierno admitió que se cuente sólo el 54 por ciento de las urnas. ¿Pasará lo que en Ucrania? ¿Lo que ocurrió en Filipinas?
Son preguntas que están por develarse, pero sería absurdo dejar de lado algunas alternativas, las más de las cuales están del lado del gobierno y que incluirian hasta una declaratoria de estado de sitio y la suspensión de las elecciones.
Pero cualquiera sea lo que ocurra, Venezuela no será la misma desde este 3 de diciembre.
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