VENEZUELA: CONTRA TODOS LOS PRONOSTICOS

Por Hernán Maldonado

El próximo domingo el presidente Hugo Chávez Frías será reelegido para gobernar Venezuela por otros seis años o, contra todos los pronósticos, el nuevo jefe de Estado será el joven opositor Henrique Capriles Radonski.

La mayoría de las encuestadoras, por diferentes márgenes, señalan que Chávez, de 59 años de edad, enfermo de cáncer y que está por cumplir 14 años en el gobierno, goza del mayor respaldo entre los casi 19 millones de electores.

Para no pocos observadores políticos las cifras son extrañas porque Capriles, de 40 años de edad, arrastra tras suyo delirantes multitudes a lo largo y ancho del país en una “heroica campaña” electoral dado el millonario ventajismo oficial.

No menos entusiastas son las multitudes que acompañan a Chávez, pero sus seguidores son trasladados de ciudad en ciudad en centenares de autobuses que recogen a sus parciales en pueblos y caseríos.

Los encuestadores que apuntan que hay un empate técnico sostienen que al final ganaría Capriles porque los que ahora se abstienen de opinar, el día de elecciones lo harán por el candidato opositor.

A las concentraciones del oficialismo asisten obligados empleados públicos a los que entregan alimentos, una franela roja y viáticos. Se les pasa lista de asistencia.

Las concentraciones de Capriles son espontáneas y han asombrado hasta ahora por el número de asistentes. En Sabaneta de Barinas, el pueblo natal de Chávez, asistieron 20.000 personas.

El oficialismo quedó muy mal parado cuando Capriles les dijo que si hasta su pueblo natal está tan abandonado, entonces Chávez no merece seguir gobernando Venezuela.

Fue en Barinas que este fin de semana simpatizantes oficialistas que impedían una caravana automovilística dispararon a mansalva matando a tres dirigentes opositores.

En otras ciudades venezolanas Capriles ha realizado gigantescas concentraciones, siendo las más notables hasta ahora las de Maracay, Valencia, Maturín, Mérida, Valera, Ciudad Guayana y San Cristóbal.

La más espectacular se produjo este domingo cuando más de un millón de personas asistió al cierre de su campaña en Caracas. Nunca antes candidato alguno recibió semejante respaldo.

La avenida Bolívar de 1.7 kilómetros de largo y con 60 metros de ancho estuvo colmada de seguidores de tal manera que decenas de miles se acomodaron en avenidas y calles adyacentes.

Capriles se lució con uno de sus mejores discursos. Acusó a Chávez de haber dilapidado millones de dólares en ayudas a sus aliados en el exterior, teniendo tan urgencias que atender en Venezuela.

En cierto momento dijo que Chávez había regalado dinero para la construcción en Bolivia de un nuevo estadio para el club San José de Oruro. ¿Acaso el Caracas Fútbol Club tiene un estadio aquí?, preguntó.

Capriles anunció que está seguro de su victoria y que el 8 de octubre Venezuela amanecerá a una nueva realidad en la que se sepultará el odio y que los únicos colores a prevalecer son el amarillo, azul y rojo de la bandera nacional.

Las campañas finalizarán el 4 de octubre con la concentración de Chávez en Caracas, para la cual se han contratado 5.000 autobuses, y la de Capriles en Maracaibo, la segunda ciudad más poblada del país, tradicional bastión opositor.