Tierra Lejana-- Página de Hernán Maldonado




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Domingo 2 de diciembre del 2007


URGE UNA INVESTIGACION

Por Hernán Maldonado

El presidente Evo Morales convocó en agosto a sus embajadores para recordarles que su gobierno no sólo quiere "diplomáticos para el servicio exterior o simples funcionarios, sino necesitamos embajadores revolucionarios..." y que los que no estaban de acuerdo podían irse a sus casas.

Según un sector de la prensa nacional el fondo principal de esa cita, en medio de guitarreadas en las orillas del Titicaca, era pedirles a los embajadores que promovieran en los países y organismos donde están asignados que la "coca no es cocaína" y de paso respaldaran las iniciativas para que le den a Morales el Premio Nóbel de la Paz.

Como si ambas cosas fueran soplar botellas, pues. La prueba es que Morales ni siquiera pasó a ser un candidato serio en Noruega y mucho menos lo será si sus embajadores insisten el 2008 en promoverlo, sobre todo después de lo ocurrido en Sucre.

Ahora, según extensos faxes, cuyas copias tengo en mi poder, el canciller David Choquehuanca ha pedido a su pequeño ejército diplomático que explique al mundo lo que está ocurriendo en Bolivia. El documento, si se lo desmenuza, demostraría la mala fe del que la redactó. Basta citar el "argumento" sobre la exigencia de los dos tercios para la aprobación de la nueva Constitución Política del Estado, como si fuera un capricho de la oposición y no una legalidad.

Algunos de los embajadores, quizás para ahorrarle vergüenza al país, decidieron no entregar a la prensa, como pide Choquehuanca en el fax del 26 de noviembre, el discurso completo de Morales de un día antes en el que éste trata de explicar los luctuosos hechos en la capital. Toda cancilleria que se respete, lo menos que hace es editar la versión original para hacerla intelegible, habida cuenta que muchas veces los presidentes se dejan llevar por la improvisación oratoria. Este no es el caso del fax citado, cuyo tercer párrafo es de antología.

El canciller, que gusta de leer en las arrugas de su abuelo antes que los libros, debería más bien ocuparse de organizar bien y con gente capaz el servicio exterior desligándose de esos "embajadores revolucionarios" que están mostrando al país como a una comunidad donde están ausentes las buenas maneras, la cultura general, el respeto.

A propósito, unos colegas que viven en Berlín, me pidieron transmitiera a Choquehuanca su preocupación por el casi nulo funcionamiento de la embajada de Bolivia en Alemania, al punto que la comunidad diplomática ni siquiera toma en cuenta a su titular. Afirman que hasta los venezolanos le rehuyen el cuerpo.

No tengo el nombre del embajador (una nota de ABI lo identifica como Edgar Magne bailando en octubre en Roma junto con Morales) pero mis informantes, de quienes no tengo duda alguna, sostienen que el "embajador revolucionario" trasladó su vivienda a las oficinas de la sede (que ni siquiera tiene ducha) y eso que recibe un sueldo mensual de 12.000 dólares, más gastos de representación, los cuales ahora ahorra completitos porque no gasta ni en arrendamiento, luz, gas ni transporte.

"Ojalá tu cancilleria investigara los sospechosos viajecitos del embajador a Hamburgo y sus fiestecitas en un parque de esa ciudad. Ojalá también que se aclarará porqué otros dos diplomáticos de carrera que trabajan allí están practicamente de adorno", me asegura mi interlocutor. Tarea para Choquehuanca, digo yo. ¿O no?





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