Domingo 28 de diciembre del 2008
ANTE LOS TIEMPOS DIFICILES
Por
Hernán Maldonado
Los gobernantes deberían recordar y practicar lo que recomendaba Abraham Lincoln: "Hay momentos en la vida de todo político en que lo mejor que pueden hacer es no despegar los labios" porque, como decía Cervantes en los Trabajos de Persiles y Segismunda: "Es tan ligera la lengua como el pensamiento, y si son malas las preñeces del pensamiento, las empeoran los partos de la lengua".
El año que está por empezar está cargado de nubarrones negros que amenazan tormenta. Y eso que todavía no hemos llegado al fondo del pozo, dicen casi unánimemente los expertos refiriéndose a la gravísima recesión económica mundial, reflejada dramáticamemte en la reciente Navidad estadounidense cuando las ventas cayeron por debajo de los pronósticos más pesimistas.
El dictador Hugo Chávez asegura irresponsablemente que Venezuela no será afectada por la crisis ("porque nos desprendimos del tren del capitalismo") y ordenó a sus lacayos de la Asamblea Nacional aprobar un presupuesto de 2009 basándolo en un precio de al menos 60 dólares el barril, cuando el precio actual de sus petróleos de exportación ronda por los 27 d/b.
Chávez está empeñado en perpetuarse en el poder y cree que con interminables cadenas de radio y TV va a marear la perdiz. Inventó un "magnicidio" en Bolivia que sólo fue producto de su imaginación, al punto que la prensa boliviana se enteró por él. El gobierno de Evo Morales, contra la pared por el caso de supuesta corrupción del ministro Juan Ramón Quintana, justificó balbuciente esa preocupación ya que no maneja aún con solvencia la técnica chavista de tapar un escándalo con otro escándalo.
El dictador regresó de la cumbre presidencial de Salvador de Bahía contrariado porque constató que pese a su petrochequera quien verdaderamente funge como líder regional es el brasileño Lula da Silva. Además los periodistas convirtieron en héroe del micrófono al cubano Raúl Castro, quien ridiculizó amablemente a Chávez por sus inacabables discursos, al punto que, según reveló, pide a sus ayudantes que le hagan resúmenes.
A propósito. Chávez desde hace años no da declaraciones a los medios nacionales. Sólo se reúne con corresponsales extranjeros. Hasta en esto lo copia Morales. ¿ O acaso no es doctrina chavista la distribución de dinero sin controles, el hostigamiento a la Iglesia Católica y a Estados Unidos, el involucramiento de militares en actos políticos, el defenestramiento de magistrados, los deseos de perpetuación presidencial, el amparo a traficantes de drogas y el socapamiento de corruptos?
Morales, como Chávez, está más empeñado en el referendo de enero que en la desocupación que empieza a notarse en los centros mineros. La escasez de combustibles, la falta de inversiones, las sequías e inundaciones no le quitan el sueño. Lo suyo es hacerse reelegir a cualquier precio. Le importa un bledo el ridículo en que incurrió en Brasil al proponer una masiva ruptura diplomática con Washington en su afán de abrazarse a la agónica gerontocracia cubana.
En sus 10 años de gobierno Chávez ha manoseado a su gusto el pensamiento de Simón Bolívar y ahora no sabe qué hacer porque se le recuerda que en su famoso discurso de Angostura (15 febrero 1819) el Libertador dijo: "...Nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo a un mismo ciudadano en el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo; de donde se origina la usurpación y la tiranía". La lengua, castigo del cuerpo, sentenciaban mis abuelos.
|