Domingo 18 de junio del 2006
RUDO GOLPE A LA DIPLOMACIA DE LOS PUEBLOS
Por
Hernán Maldonado
Los demagogos que a título de estadistas de cuando en cuando tienen a su cargo la jefatura del Estado inventan particulares maneras de tratar nuestras problemáticas relaciones internacionales, especialmente con Chile.
Ocurrió no hace mucho con el general Hugo Bánzer Suárez que "instruyó" a nuestros "embajadores" exponer en cuanto foro tuvieran a mano la injusticia de la mediterraneidad boliviana. El viejo dictador creyó en la vocingleria.
En realidad, desde que rompimos relaciones diplomáticas con el vecino, nuestros gobernantes han inventado teorias, conformado comisiones, creado superestructuras dentro de la cancilleria y hasta han comprometido a ex cancilleres a elaborar una agenda única sin resultados visibles.
Si tuvieran que llevarse la mano al pecho, tendrían que admitir que la desgraciada causa de nuestra mediterraneidad, en un buen porcentaje, sólo ha sido utilizada con fines de política interna y hasta para mantener distraida a la galeria.
En esta sola materia del amplio espectro que significa nuestro relacionamiento con el mundo, nuestros dirigentes han fracasado de medio a medio. Tan insustancial es nuestra política exterior con Chile que casi nunca un nuevo gobierno tiene nada que achacarle al anterior.
Recientemente los cantos de sirena que escuchamos parecían tener sentido por provenir de un hombre que conoce la historia nacional como la palma de su mano. Ciertamente le creímos que podría redituarnos algún resultado la política de "mar por gas". Talvez estaba en lo cierto pero no avanzó más allá de la enunciación.
Y en ese sentido hasta inflamos el pecho cuando Carlos D. Mesa nos aseguró que "ni una molécula de gas" boliviano iría a parar a Chile. Ahora el señor Nestor Kirchner cínicamente revela que parte del gas que le vendemos con "precios solidarios" es revendida por Argentina a Chile.
Pero claro, como ahora tenemos un nuevo gobierno, hay también una nueva política hacia Chile y muy orondo el señor José Pinedo, que no tiene ninguna experiencia diplomática como para ser nuestro cónsul en Santiago, se dispara asegurando que "Bolivia no chantajeará a Chile con el gas".
Pero no solamente eso, sino que desde el presidente Evo Morales y la cancilleria, regentada por alguien que no lee libros, sino hojas de coca y las arrugas de su abuelo, se alienta la "diplomacia de los pueblos", según la cual las relaciones internacionales serán manejadas "directamente" por las masas a través de sus organizaciones sociales.
Yo quisiera saber en qué texto del Derecho Internacional Público figura esta novísima institución y cómo es que de un plumazo se elimina el texto constitucional que deja en manos del presidente de la república el manejo de nuestros asuntos exteriores a través de su canciller.
Pero el cuento de la "diplomacia de los pueblos" acaba de recibir una sonora bofetada de la presidenta chilena Michelle Bachelet al comentar el viaje de una mision parlamentaria de su país a La Paz para reunirse con sus pares bolivianos.
Bachelet, junto con su canciller Alexandro Foxley, dijo terminantemente: "Como presidenta soy la que lleva la política exterior, de acuerdo al mejor interés de Chile y lo haremos siempre como corresponde". El mensaje no puede ser más claro para aquellos que tienen escasas luces sobre las normas y formas en las relaciones internacionales.
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