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Domingo 11 de junio del 2006
A DERRUMBAR EL PODER ELECTORAL
Por
Hernán Maldonado
El presidente Evo Morales vuelve a enfilar sus cañones contra la Corte Nacional Electoral y la pólvora que utiliza es la misma que permitió a su colega y mentor Hugo Chávez Frías aniquilar al otrora independiente y confiable Consejo Nacional Electoral de Venezuela.
"Las revoluciones llegan para quedarse", ha dicho cínicamente Chávez y con un CNE amañado pronostica que será reelegido el 3 de diciembre con 10 millones de votos.
Chávez, como Morales, fue elegido por amplia mayoria ante el descrédito de los partidos tradicionales y su primera acción fue convocar a una Asamblea Constituyente que alargó el periodo presidencial y posibilitó la reelección inmediata.
Su próximo paso fue convocar a nuevas elecciones, que también ganó, aunque la abstención rondó por el 45 por ciento. Su objetivo básico fue comenzar de nuevo su periodo. Por eso es que ahora ya se acerca a su octavo año de gobierno.
Pero como sus miras eran a largo plazo (promete gobernar hasta el 2030), maniobró para que el parlamento no lograra nunca los dos tercios de votos necesarios para elegir a los nuevos miembros del CNE, por lo que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que también está en sus manos, fue el que los eligió "temporalmente", con una mayoria chavista de 3-2, convertido el 2004 en 4-1.
Esa "mayoria" manipuló a favor de Chávez los comicios realizados en Venezuela hasta ahora, el más descarado de los cuales fue el referendo revocatorio donde a boca de urna el oficialismo perdió 60 contra 40 por ciento, pero sorpresivamente en la madrugada del 16 de agosto del 2004 los resultados fueron dados al revés.
La OEA y el Centro Carter avalaron apresuradamente esos resultados. Pero ya para noviembre del 2005 se hizo inocultable que hubo una descarada manipulación electrónica de los resultados y por eso la oposición dispuso una abstención.
En las elecciones legislativas del 4 de diciembre del 2005, se produjo una colosal abstención del 83 por ciento (el gobierno admitió sólo un 73 por ciento), pese a la coacciones oficialistas a los dos millones de empleados públicos.
Ahora para los comicios presidenciales de diciembre la oposición ha dicho que se abstendrá nuevamente si no se cumplen tres condiciones básicas: depuramiento del registro electoral permanente (REP), voto y conteo manual y elección de un CNE independiente.
La respuesta del oficialismo ha sido elegir a un CNE con cuatro oficialistas y un cuasi opositor. El TSJ acaba de instruir que no habrá conteo manual y el depuramiento del REP es una farsa encargada a las universidades chavistas, desechando la participación de las reputadas Universidad Central de Venezuela, Católica Andrés Bello y la Metropolitana.
Mientras tanto todos los días surgen evidencias de que el régimen ha inflado descaradamente el REP. En una población de 24 millones de habitantes hay 16 millones de electores. Los medios publican cédulas de identidad con diferentes números pertenecientes a una misma persona. Los técnicos señalan que el REP debe crecer un promedio de 300.000 votantes por año. Desde el 2004 ahora hay 4.5 millones de nuevos inscriptos.
Lo más llamativo es la existencia de casi 29.000 ciudadanos con el mismo nombre y apellido en el estado del Zulia y más raro aún, que todos tienen la misma fecha de nacimiento. Otra de las "perlas" halladas es la existencia de casi 9.800 inscriptos que pasan de los 100 años de edad, cuando en Estados Unidos, con 290 millones de habitantes, hay sólo alrededor de 4.000.
Si "las revoluciones llegan para quedarse", como asegura Chávez, entonces "se justifica" que Fidel Castro siga siendo el único gobernante del mundo que gana comicios con el 99.1 por ciento de los votos.
En Bolivia el nuevo gobierno insiste en bombardear a la CNE y como si no fuera nada entregó a Venezuela la obligación que tiene el estado boliviano de cedular a sus ciudadanos. Por ahí es que empezó Chávez a inventar votantes. Cuenta con un REP manejado a gusto por la "Cosa Nostra Electoral".
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