Domingo 4 de junio del 2006
SEGUN EL CRISTAL CON QUE SE MIRA
Por
Hernán Maldonado
Difícil olvidar la intromisión del embajador estadounidense Manuel Rocha cuando el 2002 en un discurso en el Chapare y en presencia del presidente Tuto Quiroga exhortó a los bolivianos a no votar por Evo Morales. Asimismo difícil será olvidar la injerencia de Hugo Chávez cuando el pasado fin de semana nos dijo, también desde el Chapare, cómo debe ser la Asamblea Constituyente, cómo debe estar conformada, por quiénes, y... lo que debe aprobar.
El repudio a esta descarada intromisión del "th'uru Bolívar (Bolívar de barro, como la llamó una columnista) ha estado encabezada por el propio Quiroga quien, hay que recordar, no hizo lo mismo con Rocha. ¡Cuánta verdad encierra aquello de que todo es según el cristal con que se miran las cosas!
Las cosas se ven de distinta manera desde el gobierno o la oposición y los ejemplos cunden estos días.
Muchos de los dirigentes que están ahora en el gobierno se desgañitaron protestanto por la presencia de militares estadounidenses que construyeron el aeropuerto de Potosi, pero ahora están calladitos ante el abuso de los genízaros de la escolta presidencial de Chávez que en número cercano al centenar, armados hasta los dientes y algunos con uniformes, atropellaron a militares, policías y periodistas bolivianos en el Chapare.
El almirante Orlando Maniglia, ministro de Defensa de Venezuela anunció desde Caracas el envío a Bolivia de asesores militares para "construir caminos" y para apoyo de los dos helicópteros Puma prestados por Chávez a Morales. Ahora nadie se acuerda que hay una disposición constitucional que exige autorización parlamentaria para que tropas extranjeras operen en Bolivia.
En estos días se descubrió que un soldado fue apaleado hasta quedar agonizante en Pando y que cerca de la frontera con Argentina un sargento maltrató gravemente a cuatro conscriptos. Cuando el MAS era oposición, la Asamblea Permanente de Derechos Humanos chilló en varios tonos por abusos semejantes. Ahora permanece calladita.
Hasta ayer nomás la política de "gas por mar" puesta en boga por Carlos D. Mesa tenía un vigoroso respaldo en el masismo. Pero ahora nos hemos olvidado de los orígenes de la "guerra del gas" y nuestra cancilleria, cuyo jefe se ufana de no haber leido un libro en los últimos 15 años, complace a Santiago proclamando que el gas no servirá para "chantajear". ¿Bolivia chantajeó alguna vez a Chile?
Pero no solamente eso, sino que gratuitamente y por complacer a Chávez, nuestro presidente democrático se inmiscuye en asuntos de otros países al cuadrarse abiertamente con el golpista peruano Ollanta Humala, al extremo de abrirle el pasado fin de semana la televisora estatal para su propaganda electoral. ¿Esta nuestra nueva política internacional?
Y el masismo, tan suceptible en el pasado a la injerencia militar en asuntos políticos, ahora permite que el comandante del ejército, general Freddy Bersatti, se siente al lado de Chávez y formule denuncias eminentemente políticas y que serían de una enorme gravedad si no fuera que se basan en el parroquial "dice que dicen".
Los gastos reservados, demonizados por el MAS desde la oposición, resulta que seguirán vigentes en el nuevo presupuesto. Y cuando todavía están frescas las promesas de Morales de que renunciará a los servicios de seguridad, el diario El País de España, que pasó un día en la vida del presidente, asegura que sus escoltas llegan al centenar y muestra cómo operan en calles enteras ante el eventual recorrido del mandatario. ¡Ah, claro! Nos acabamos de enterar que el imperialismo amenaza con matarlo desde hace años.
O sea, como dicen en mi pueblo, en esto del gobierno del cambio, hay más ruido que nueces y, como siempre y en todas partes, no solo las cosas son según el cristal con que se las mire, sino que cada quien arrima su sardina a la brasa a su conveniencia.
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