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Domingo 7 de agosto del 2005
RENE JOAQUINO, EL CANDIDATO
Por
Hernán Maldonado
El socialista René Joaquino se lanzó al ruedo y de verdad le deseo que corte rabo y orejas. El más dolido por su candidatura presidencial es el analista Alvaro García Linera, quien cree que la izquierda boliviana va debilitada a las elecciones de diciembre.
Claro, para los intereses socialistas-neoindigenistas de nuevo cuño, otro sería el cantar si Joaquino hubiera accedido a ser candidato de Evo Morales a la vicepresidencia. Pero Joaquino aspira a bailar con pañuelo propio y hace bien. Las diferencias entre ambos socialistas es enorme. Mientras el líder cocalero repite como un lorito las consignas del comandante Hugo Chávez, el potosino es más sólido doctrinalmente, trabaja calladito y muestra sus obras.
Cuando fue reelegido por primera vez como alcalde de Potosi en 1999, el país político se sorprendió del poder de convocatoria de este hombre de izquierda, de 38 años de edad, admirador del "Che" Guevara y que fue rudamente perseguido por el gobierno banzerista.
Con un presupuesto miserable, Joaquino logró hacer obras, cuidar parques, pavimentar calles, construir aceras, dotar de agua potable a los barrios, darles alcantarillas. Trabaja un promedio de 12 horas diarias. Cuando se levanta a las 5 de la mañana, las dos primeras horas las dedica a la lectura. Se graduó de abogado siendo alcalde.
Y en el empeño de cultivarse intelectualmente, nunca se olvidó de sus orígenes quechuas, ni dejó de ser un trabajador humilde. Siembra con el ejemplo. Por eso fue reelegido una vez más en diciembre del 2004 y de 11 concejalias su partido logró 10.
Nadie, ningún colega suyo en ninguna parte del país logró apuntarse tan soberana victoria.
Ahora, catapultado por sus colegas alcaldes de La Paz, Cochabamba, Sucre, y Cobija conforma una especie de "Frente Amplio" al estilo del Uruguay del general Líber Seregni y se lanza a la conquista de la presidencia de la república en las elecciones de diciembre. Quizás es el primer paso grande en la política. No es lo mismo aspirar y ganar una alcaldia que buscar el primer cargo del país. Pero Joaquino tiene el tiempo a su favor
Por ahora sus credenciales están a la vista en las obras realizadas en Potosi, el más sufrido de los departamentos del país con un 51 por ciento de sus habitantes viviendo en la pobreza.
Recuerdo todavía que cuando se produjo su primera reelección, algunos bolivianos viviendo en el extranjero decidimos ayudarlo. Si la memoria no me falla y gracias al doctor Jaime Molina Escobar, residente en Houston, se concretó el envío de un equipo médico para el hospital Bracamonte.
No nos importó si era o no era socialista, sino el hambre de progreso que tenía Joaquino, su mística de trabajo, su fe en el país.
Lo que si recuerdo es haber escrito de ese su triunfo. Fue el 22 de diciembre de 1999. Entre otras cosas dije:
"Un caso excepcional es el potosino René Joaquino. Retuvo la alcaldía por más del 70 por ciento de los votos en su ciudad. Joaquino es un hombre de izquierda, se proclama socialista, pero más práctico que teórico. Pronto se graduará de abogado, pero gran parte de su vida ha sido albañil. Y no lo olvida.
Los potosinos, en vez de escucharle pronunciando discursos y más discursos contra el neoliberalismo o las bondades del pensamiento de Marx, ven diariamente a Joaquino cargando en un camión bolsas de arena, de cemento y estuco a los lugares donde supervisa personalmente la realización de esas pequeñas obras públicas que le permite el pírrico presupuesto municipal.
"Yo sé cuántas bolsas de cemento entran en esta alcantarilla, porque yo soy albañil", dijo hace poco a un periodista paceño que se sorprendió de ver al alcalde con camisa arremangada y la pala al hombro.
Y no sólo eso, Joaquino sigue viviendo tan modestamente como cuando no era alcalde. La mayor parte de su sueldo va a parar a obras sociales, porque lo suyo es hechos y no palabras.
¿Habrá otra explicación para el virtual desaparecimiento de votantes movimientistas, adenistas, miristas, condepistas y ucesistas en Potosi?"
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