Domingo 22 de marzo del 2009
DONDE ESTAN LOS REALES
Por
Hernán Maldonado
El petrodictador amenazó con ser presidente hasta que la rana eche pelos, pero como van las cosas ultimamente en Venezuela, quizás hasta salga ganancioso si puede terminar su periodo el 2012, dado que el pueblo agobiado de problemas ha empezado a preguntarle: "Dónde están los reales?
Y Hugo Chávez responde con la brutalidad militar. Ordena la captura de puertos, aeropuertos, carreteras y hospitales que estaban bajo dominio de los gobiernos regionales desde 1989 cuando Venezuela conquistó la descentralización administrativa.
La Constitución venezolana estipula que los estados son los "exclusivos" administradores de esos bienes, pero la Asamblea Nacional chavista aprobó una nueva legislación, sin importar que una ley cualquiera no puede modificar la Carta Magna. Un tácito golpe de Estado, pues.
Lo que busca Chávez es doblegar a los gobernadores opositores que le ganaron en las elecciones regionales del 23 de noviembre en los estados más importantes del país, desde el punto de vista económico, político, cultural. Ahora si se cae un puente o faltan pupitres en las escuelas, las autoridades regionales deberán ir a Caracas a mendigar soluciones.
En el fondo lo que el autócrata necesita urgentemente es dinero para mantener a flote su "revolución" basada en la dádiva, el cohecho, y el soborno. La crisis mundial hizo que el barril de petróleo baje a un promedio de 41 dólares. Hace un año estaba en 147. El teledictador había asegurado que Venezuela "está blindada" y que no le afectaría la crisis "por más que el barril llegue a cero".
Pero resulta que la petrochequera se agotó. Ya no hay "real" ni para acallar a los sindicalistas chavistas. Los 20.000 trabajadores del Metro de Caracas firmaron un contrato colectivo que ahora el régimen no quiere reconocer. El sátrapa amenaza militarizar el organismo, si es que no se llega a un acuerdo en los próximos días.
Pero lo más grave es lo que ocurre en las industrias básicas del hierro y el aluminio en Ciudad Guyana. Decenas de miles de trabajadores reclaman el cumplimiento de contratos de trabajo y Chávez los tilda de "bandidos". La tragedia se multiplica porque lo que eran el orgullo de la industria nacional ahora son empresas deficitarias y muchas plantas están paradas desde las nacionalizaciones ordenadas por capricho demagógico.
El malestar sindical alcanza a PDVSA, que hasta el 2002 era la cuarta empresa petrolera mundial. Desde que el gobierno se hizo cargo de sus operaciones se han dilapidado millones de dólares. Su nómina más que se duplicó de los 40.000 obreros habituales. Unos 50.000 supernumerarios ven asomarse la nube negra del despido. La ineficencia hizo que el principal país petrolero del hemisferio importe actualmente gasolina para su consumo interno.
Maestros, médicos, universidades anuncian paros. Si Chávez incumplió promesas de aumentos salariales cuando derrochaba a manos llenas los petrodólares, ahora será peor. Dicta ténues medidas para paliar la crisis que como torrente desbordado se abate sobre Venezuela. En los 10 años de su gobierno los ingresos del país alcanzaron la friolera de 894.000 millones de dólares y la gente que ve la crisis en los sistemas de salud, de educación, el desabastecimiento alimenticio y la creciente inseguridad le pregunta cada vez más airada: "¿Dónde están los reales? Grave. Muy grave.
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