Regreso al comienzo Gracias por firmar el libro de visitas Artículo anterior Libros y CD's CHAT ROOM Tema Libre |
|
LOS FRUTOS DE LA MAESTRA VILMA PLATA
Por
Hernán Maldonado
Si nos atenemos a las cifras oficiales, en total fueron 2,773 bachilleres los que no pudieron aprobar el examen de ingreso, porque de 3,000 postulantes, sólo 27 consiguieron el honor. No hace ni un mes sucedió otro tanto en la Facultad de Odontología donde, de 1,800 postulantes, sólo aprobaron cinco y, de éstos, tres eran repitentes de experiencias anteriores. Lo mismo ocurrió en la Universidad Gabriel René Moreno. Los aplazados organizaron un gigantesco ayuno pidiendo que "por última vez" (lo mismo dijeron en años anteriores) se les permita un nuevo examen. Ahora los aplazados en la UMSA reclaman lo mismo, amenazan con huelgas de hambre y crucifixiones "hasta las últimas consecuencias". Si en sólo dos o tres facultades y en un par de universidades, de ocho públicas, hay semejante cifra de aplazados, aterra pensar cuál el porcentaje del conjunto. Este es el fruto del sindicalismo troskista que en los últimos años ha conducido a nada al magisterio boliviano con sus sempiternas huelgas, y al desastre a toda la educación pública boliviana. Desde hace más de 14 años, jamás el magisterio fiscal ha completado los 200 días hábiles de clases que manda la ley. En los años menos conflictivos, las clases han llegado a 150 y el promedio ha sido de 125. Por eso en los exámenes de ingreso, a la pregunta de qué perdimos en la guerra de 1935, los bachilleres contestaron que "el mar"..., o que la Batalla del Alto de la Alianza tuvo lugar en la Guerra del Chaco y otras estupideces por el estilo. Estamos completamente de acuerdo en que los maestros bolivianos merecen mejores sueldos. Es una verguenza el que hayan sido proletarizados por los gobiernos que se suceden desde 1952. En la producción de "bachilleres espurios" tienen tanta culpa como los maestros huelguistas los gobiernos que, al no poder solucionar los conflictos, apelaron al fácil expediente de la clausura del año escolar, a veces con sólo 100 días hábiles de clases, como ocurrió en los años 70. Si señor, tienen la culpa los gobiernos que -como el actual- ahora "descubren" que 3,000 de los maestros interinos que contrataron en la última década y a los que se aprestan a dar de baja, no tienen ni siquiera el tercero de primaria aprobado. En este enorme descalabro de la educación boliviana que salta como pus cada año en los exámenes de ingreso a las universidades, tiene su gran parte la maestra Vilma Plata, por lo menos en lo que toca a su papel de activa dirigente troskista del magisterio. Con y sin motivo ha encabezado paros desde hace casi 10 años con planteamientos que ella sabe son inalcanzables, pero que los puso en la mesa de negociaciones no tanto para conseguirlos, sino para acentuar las contradicciones del sistema, como reza la monserga que desde hace medio siglo destila sobre el país su líder Guillermo Lora. Con motivo de la última huelga, que como las anteriores terminó en fracaso, Plata fue detenida luego de "sacarle de las mechas", como ella misma admitió, a una colega suya que había sido designada nueva directora de la escuela Juana Azurduy de Padilla y que se aprestaba a posesionarse en el cargo en reemplazo de una huelguista. El juez Enrique Solares le tomará su primera declaración indagatoria el 12 de abril, luego que un juzgado de instrucción la envió a la cárcel acusada, entre otros delitos, de lesiones, perturbación pública e instigación a delinquir. Se le ha fijado una fianza de 14,000 pesos y como no los dispone, ha movilizado a sus colegas y éstos a los niños, quienes salieron la semana pasada a las calles de La Paz exigiendo su libertad. Y todo parece indicar, como ocurrió tantas veces en el pasado, que se saldrá con la suya. Por lo tanto no deberá extrañarnos ver, el próximo año y más allá del 2000, otras huelgas y a más de nuestros jóvenes reclamando el desquite, el redesquite para lo que consideran es su "derecho" a entrar a la universidad, porque hasta en eso son incapaces de comprender que la universidad es elitista por naturaleza, allí están (o deben estar) sólo los mejores. | |
|