Regreso al comienzo




Gracias por
firmar el libro
de visitas




Artículo
anterior




Libros y
CD's




CHAT ROOM
Tema Libre

Miércoles 31 de marzo de 1999


LOS MINISTROS DE BANZER

Por Hernán Maldonado


Leopoldo López Cossío, ministro de Trabajo, acaba de ser descubierto como un vulgar contrabandista.
Miami – El padre José Gramunt, director de la Agencia de Noticias Fides, cerró los ojos como para evitar el humo que exhalaba de su cigarrillo y de inmediato me disparó: "Veo en este gabinete tanta mediocridad, que hasta el peor ministro del anterior gobierno aparece como una lumbrera".

No había transcurrido ni siquiera un trimestre del recién estrenado gobierno del presidente Hugo Bánzer Suárez y a mi me parecía osado que mi respetado y admirado amigo calibrara de esa manera al equipo que apenas empezaba a gobernar el país arropado en la bandera del "Compromiso por Bolivia".

El tiempo, como tantas otras veces, le ha dado la razón a Gramunt, maestro de generaciones de periodistas y quizás el más calificado de los analistas políticos del país.

A casi dos años de aquello, por fin parece que Bánzer se da cuenta de los graves errores de juicio que cometió y producirá una reestructuración de su gabinete. Mientras tanto Bolivia ha perdido tiempo e imagen.

Uno de los que saldrá, según estimaciones periodísticas, será el canciller Javier Murillo. Víctima de los errores a más alto nivel. Aunque con sólida formación en la carrera diplomática, su función se redujo a ser una simple caja de resonancia del griterio insensato "en todos los foros internacionales" para que Chile nos devuelva el mar. Como si tal cosa fuera sólo pedir.

Y como ha sido incapaz de elaborar una política que nos lleve a la concreción del caro anhelo, el alto mando militar se atribuyó funciones en ese sentido y el almirante Carlos Bejar Ossio, a fines de 1998, anunció que en seis meses las fuerzas armadas "propondrán una estrategia con el propósito de lograr un retorno al mar"...

La empresa Datos y Encuestas, a principios de este año, dejó en claro que a los ojos de la ciudadanía, el único ministro no reprobado era Guido Nayar, básicamente por su labor en la erradicación de las plantaciones de coca excedentaria en el Chapare.

Esa aprobación tiene que haberse desvanecido últimamente dado que Nayar se dio de narices en dos casos cruciales. Primero, quiso demandar a la revista InformeR (y está en investigación si quiso también impedir su circulación) por publicar un fotomontaje en su portada en la que aparece en primer plano el general Augusto Pinochet y en un recuadro, al fondo, la fotografía del general Bánzer.

La revista, a mi juicio, cometió un error. Si quería destacar los vínculos entre ambos personajes en aquellos tiempos, no debió acudir al fotomontaje. Simplemente le habría bastado reproducir la foto en la que ambos generales se abrazan en Charaña en la infame década del 70.

Nayar se rasgó las vestiduras en vano porque la prensa le demostró que él no tuvo empacho hace unos años en publicar un libro contra uno de sus enemigos políticos y cuya portada ilustra una grosera manipulación fotográfica.

El ministro tuvo que echar pie atrás, pero en menos de una semana volvió a embarrarlo al promover un narcotest "empezando del presidente de la república", en un país donde hasta los inocentes consumidores de mate de coca podrían dar positivo, como les ocurrió en 1993 a los futbolistas Zetti, de Brasil y Miguel Angel Rimba, de Bolivia.

Otro de los aplazados por Datos y Encuestas es el ministro "loquito", Fernando Kieffer, a cargo de Defensa y que ahora dejaría el puesto para convertirse en presidente de la Cámara de Diputados. A raíz de sus torpes declaraciones por el incidente ocurrido en Taltal, Kieffer hizo que los bolivianos recibiéramos una gratuita bofetada del canciller chileno Miguel Insulza.

El ministro portavoz de la presidencia, Mauro Bertero, otro aplazado, en lo único que se destaca es en ser la punta de lanza del gobierno contra el ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada. Es tan inoperante que nada raro sería que se reviva el Ministerio de Información.

El ministro de Educación, Tito Hoz de Vila, mató al tigre y le tuvo miedo al cuero. Es decir, doblegó al sindicalismo troskista del magisterio y en lugar de profundizar su victoria convalidó otra vez la vagabundería al no haber hecho efectivas sus amenazas de despedir a los maestros que habían faltado seis días consecutivos a clases.

Quizás le falta autoridad moral desde que dio un pésimo ejemplo a los niños y jóvenes bolivianos al comienzo de su gestión al describir al ex vicepresidente Víctor Hugo Cárdenas – que honró al país durante su gestión y al que el Congreso de Chile le tributó un aplauso de pie – como un "estupido, cobarde, llunku y llevamalestas de Sánchez de Lozada".

La ministra de Justicia, Ana María Cortez, enfrascada actualmente en pueblerinas discusiones con Luis Carlos Paravicini, miembro del Consejo de la Judicatura, luce tan chata en su despacho que el ex ministro René Blattman aparece como un gigante. Más todavía cuando la prensa nacional destaca la actuación de éste como asesor de gobiernos extranjeros.

El ministro de Desarrollo Sostenible, Erick Reyes Villa, es tan mediocre, que debió irse a su casa hace muchísimo tiempo. Su última barrabasada fue hacer aprobar un decreto del cambio de hora (el gabinete postergó su aplicación) que se convirtió en el hazmerreir de los científicos porque a lo único que tendía era a hacer consumir más electricidad a los bolivianos.

Pero si de barrabasadas se trata, será muy difícil olvidar a Tonchi Marincovich, el ministro de Salud al que lo renunciaron al serle descubierto un negociado por medio millón de dólares en la importación de vacunas contra el sarampión.

Ahora parece que le tocará a su correligionario del MIR (esos caraduras que dicen cometer errores, pero no delitos), Leopoldo López Cossío, ministro de Trabajo, que acaba de ser descubierto como un vulgar contrabandista.

¿Cómo es que un político de esta catadura pudo ser nombrado ministro?

En la gestión 1989-93, a raíz de una grosería suya, recibió un sopapo bien merecido de una dama diputada en plena cámara y ante millones de televidentes.

Posteriormente, cuando agonizaba la gestión de Sánchez de Lozada, también ante las cámaras y en transmision a todo el continente, López apareció como un desaforado y agredió de palabra y obra al vicepresidente Cárdenas. El desprecio de éste fue más brutal que el puñetazo que pudo haberle lanzado a su "honorable" agresor.

López, en un gesto seguramente enaltecedor de su "valentía" compareció recientemente en la Cámara de Diputados para responder a una interpelación y los diarios se dieron un banquete al retratarlo con un ojo amoratado, producto de una rencilla en una cantina tarijeña.

Ahora López acaba de ser descubierto por el diario La Prensa como contrabandista. El ministro sostiene que la carga no era suya, pero el diario publicó una carta fechada en septiembre en la que, como ministro, pedía a la Aduana de Santa Cruz se le informe "en el dia" del porqué de la retención de su camión-frigorífico en esa ciudad.

López aduce, también en su descargo, que el camión se lo alquiló a un amigo apellidado Suárez, pero ahora el tal documento de alquiler no aparece y resulta que el camión decomisado no es un Volvo, sino Scania, pero con las placas del Volvo...

¿Sólo mediocres en el gabinete?