Lunes 4 de febrero del 2002
EL REPARTO DE LAS "PERAS"
Por
Hernán Maldonado
El ex dictador Hugo Bánzer Suárez, propietario del 22 por ciento de los votos en las elecciones de 1997, sorprendió al país al conjuncionar en torno suyo a un variopinto conglomerado que con el nombre de megacoalición lo eligió presidente en el parlamento.
Con ese enorme respaldo, cercano al 70 por ciento en el Congreso, Bánzer Suárez comenzó su quinquenio haciendo creer al electorado que realizaría un gobierno de provecho porque contaba con ese fabuloso respaldo político. Hasta nos vendió su famoso Decálogo ético.
El principal problema, sin embargo, fue que Bánzer Suárez se preparó para ganar las elecciones, pero jamás para gobernar. En 1997 no era lo mismo ser un presidente elegido democráticamente que el dictador de los años 70, cuando imponía su voluntad y su capricho por encima de la ley.
Por eso es que sus primeros pasos fueron decepcionantes. Se circunscribió a repartir los cargos de la administración pública entre sus socios y su propio entorno familiar. La megacoalición se convirtió en la "pegacoalición".
A ocho meses de estar en el gobierno, por fin se le ocurrió que debía llamar a una cumbre política en la que delineó su acción de gobierno porque, evidentemente, por ningún lado aparecía un plan más o menos coherente de lo que debía hacerse en el país en los planos político, económico, social.
Y así fue transcurriendo el tiempo de la inacción, de la modorra, la corrupción, la negligencia, imprudencia e impericie. Si Gabriel García Marquez hubiera visitado el país hubiera tenido material fresco para hacer una segunda versión de "El otoño del patriarca".
El ex presidente Víctor Paz Estenssoro, cansado de los buscapegas y refiriéndose a los apetitos burocráticos de sus asociados, dijo una vez que en Bolivia "las peras" siempre eran pocas en relación a los hambrientos.
La megacoalición, en lugar de servir de motor de arranque para un gobierno fructífero, fue su lastre. Ninguno de sus componentes quiso tirar la carreta hacia adelante. El que más y el que menos tiró para su propio lado y dejan la "carreta" peor de la que lo encontraron.
El despropósito es tal que el MIR, que en estos cinco años ha manejado las carteras de la economía nacional, la vez que puede se lava las manos pilatunamente. Sus líderes tienen los riñones de culpar al gobierno anterior de la desesperante crisis nacional.
La megacoalición fue un fracaso rotundo, pero aparentemente nuestros políticos no escarmientan. Ahora tejen las alianzas inclusive antes de saber como les irá en los comicios presidenciales de junio.
Hasta ahora no se ven coincidencias programáticas, hay ausencia de planes de gobierno similares. Por esto, el régimen que surja de las elecciones próximas está destinado a repetir los errores del actual porque a todas luces de lo que se trata es asegurarse desde ya el mayor número de "peras".
A cambio de las potenciales "peras" es que vemos estos días acuerdos entre el MNR, y los minipartidos PS-1 y MBL. La sopa de letras puede aumentar en las próximas semanas, sin decirle nada al país, desilusionado, maltrecho y traicionado por la "peracoalición" de la cosecha 1997-2002.
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