EL PARADIGMA DE LA DIPLOMACIA INDIGENA

Por Hernán Maldonado

El "Paradigma de la Diplomacia Indígena" llegó retrasado a la singular cita. Thomas Shannon se frotó las manos y no precisamente por el frio de las 5 de la madrugada del crudo invierno paceño. El "gringo", como lo llamó el presidente Evo Morales, lo había "madrugado". La vieja historia del burlador, burlado.

El embajador boliviano Jorge Alvarado, dejó entrever en Caracas que el insólito horario se debía a que el "gringo" incumplió la cita del día anterior a las 5 de la tarde. Shannon no pudo llegar a La Paz el lunes, como estaba previsto. No valieron sus disculpas y, además, tuvo el despropósito de autoinvitarse a una visita al Chapare, bastión cocalero de Morales.

Durante casi media hora Shannon escuchó las pruebas de la "conspiración estadounidense" contra Morales. Buena parte de ellas basadas en el "dice que dice" o "me dijeron". La queja cobró bríos con las "pruebas escritas", producto de ilegales interceptaciones de comunicaciones privadas a funcionarios de menor jerarquía de USAID-Bolivia.

Esos "e-mails" uno los encuentra en la mayoria de los servidores de Internet y tienen que ver con chistes de todo calibre contra Morales y con llamados de bolivianos a derrocar a su presidente. Raro que entre esas pruebas no figuran los programas diarios de TV del peruano Jaime Bayly, todavía más explosivas que las anteriores.

Shannon escuchó desinteresado esas "acusaciones" y hasta con aburrimiento. Por eso es que al final concluyó: "La única conspiración que hay es contra la pobreza, contra la desigualdad y contra la exclusión social".

Fue a Bolivia a pedirle a Morales que ayude a recomponer las deterioradas relaciones boliviano-estadounidenses; a asegurar que EEUU seguirá cooperando con Bolivia en los términos suscritos hace años, y que se garantizará la vida del personal diplomático acreditado.

Shannon, el más alto funcionario del Departamento de Estado para América Latina, fue extrañamente precedido por un gigantesco C-17, capaz de transportar un pequeño regimiento completamente mecanizado y artillado. ¿Temía algo? ¿Por qué mostrar el garrote? Posiblemente no sepamos nunca.

La salida de Philip Goldberg fue descartada de plano porque EEUU "no podría tener un mejor embajador" en Bolivia. Morales intentó salvar la partida exigiendo la extradición de Gonzalo Sánchez de Lozada. ¡Hagan los trámites!, recomendó Shannon. Fue un llamado a trabajar al embajador de Bolivia en Washington, aparentemente más dedicado a decidir entre dejarse el cabello en cascada, hacerse una colita o una pichica.

¡Ah!, casi lo olvido. Veo el mensaje de la cancilleria a embajadores y cónsules para que, con motivo del 6 de agosto, hagan conocer a gobiernos donde están acreditados y la prensa en general los "logros de la actual gestión" delineadas en el "marco general del Paradigma de la Diplomacia Indígena, (respeto las mayúsculas) que es el nuevo hilo conductor de la política exterior boliviana..."

En nueve páginas se desmenuzan las "hazañas" de esta diplomacia inédita. Leyéndolas, recordé un viejo chiste. En un cóctel un general le pregunta al "gringo" qué significan sus barras. "Este señala: Esta me la gané en Guadalcanal, esta otra en Corea, esta otra en Vietnam..." ¿Y las suyas?, replica. "¡Oh!, las mías son por asistencia, gimnasia, música, buena conducta y religión". Se cansa uno.