Domingo 20 de noviembre del 2005
OTRO 9 DE ABRIL
Por
Hernán Maldonado
El líder masista Evo Morales asegura que si se le escamotea la victoria en las elecciones del 18 de diciembre, Bolivia tendrá un nuevo 9 de abril. Por ahora esa "victoria" parece segura, al menos en los sondeos de opinión.
Pienso que el líder masista está hilando demasiado fino porque no comprende el proceso histórico que vivió el país y desconoce el contexto en el que se dio ese triunfo popular.
Para comenzar habrá que decir que el nacionalismo revolucionario emergió en Bolivia en el Chaco sobre las tumbas de 50.000 soldados que fueron a defender un país que en realidad no les pertenecía. Hoy la guerra que mata a miles es contra el hambre, la desocupación y la corrupción.
La vanguardia revolucionaria, por si fuera poco, tuvo una docena de insignes hombres que tenían una visión clara de nuestras circunstancias políticas, económicas y sociales.
Hoy, a 53 años de ese 9 de abril Bolivia por ningún encuentra hombres de la talla de Victor Paz Estenssoro, Hernán Siles Zuazo, Walter Guevara Arce, Juan Lechín Oquendo, Walter Montenegro, Ñuflo Chavez Ortiz, Adrián Barrenechea, Victor Andrade, Fernando Diez de Medina, etc.
La vanguardia y el brazo armado de la Revolución Nacional estuvo constituido por el poderoso sector sindical minero, combativo como el que más, unido a los fabriles y al sector campesino.
Actualmente el sindicalismo minero virtualmente ha desaparecido, no se podría hablar con propiedad de una fuerza fabril y el campesinado está atomizado tras un puñado de dirigentes de dudosa capacidad de convocatoria.
Pero, además, la Revolución Nacional tenía objetivos claros. Tenía un norte, un horizonte y aquél 9 de abril estoy seguro que nueve de cada 10 bolivianos estaban con ella.
Hoy, si nos atenemos a las encuestas, sólo un 30 por ciento está con las propuestas del MAS. Lo peor, si revisamos los mismos sondeos, encontramos que podría tener el gobierno más no el poder porque la mayoria en el congreso estará en manos de sus opositores. Incluso cinco de nueve prefectos serán de tiendas ajenas.
El MNR en abril del 52 tenía en sus manos el control de los tres poderes del Estado y, lo que es más importante, el respaldo popular en las calles con el fusil al hombro.
De manera que amenazar con que en Bolivia va a repetirse el 9 de abril si se niega el triunfo a Morales, no es sino una bravuconada barata.
O talvez Morales se refirió sólo al hecho de que la insurrección del 9 de abril fue producto del escamoteo del triunfo electoral de Paz Estenssoro. Pero ni así podría esperarse una analogía, porque Mamerto Urriolagotia antes de darle el poder al MNR como producto de las elecciones de 1951, prefirió entregárselo a una Junta Militar.
Pero ni eso está planteado hoy día. Tenemos un presidente provisional que da pruebas de querer entregar el cargo lo más rápidamente posible al ganador de las elecciones de diciembre y creo que nada le haría cambiar de opinión, claro, a menos que la situación de convulsión social fuera de características incontrolables en el país. Pero, por ahora, esto es más especulación que otra cosa.
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