Domingo 22 de febrero del 2004
LA OFENSIVA DIPLOMATICA BOLIVIANA
Por
Hernán Maldonado
La "ofensiva" boliviana es atacada profusamente en Internet.
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Si vamos a creerle a nuestro gobierno, la ofensiva diplomática boliviana pro mar avanza incontenible y más temprano que tarde veremos los frutos de ésta vigorosa iniciativa.
Sin embargo a mi, que a lo largo de mi vida ya he visto muchas de estas "ofensivas", que no me cuenten novelas, mucho menos en estos tiempos en los que las comunicaciones están en la punta de los dedos.
Una de las grandes ofensivas fue ordenada luego de que en 1979 la OEA reunida en La Paz aprobó la histórica resolución multilateralizando el problema y nos sirvió en bandeja de plata la plataforma para reconquistar nuestro mar.
Envueltos en nuestros problemas internos que pasaron por el derrocamiento del gobierno de Walter Guevara Arze, de Alberto Natush Busch, el renacer democrático con Hernán Siles Zuazo y la colosal inflación que nos trajo de vuelta al Dr. Víctor Paz Estenssoro, nos olvidamos de esa "ofensiva".
Tras la mojazón de pies del presidente Jaime Paz Zamora en Ilo, el general Hugo Bánzer Suárez agitó la banderita de la reivindicación marítima para volver a ser elegido y creyó que con gritar en todos los foros internacionales sería suficiente para que el mundo tomara conciencia de nuestro problema y obligara al usurpador a devolvernos lo que fue nuestro.
Ahora, el caudillo venezolano ha puesto de moda el asunto. Veáse la participación suya en las anteriores cumbres presidenciales y se comprobara que también lo hizo y no pasó nada. Ahora el asunto trascendió porque lo hizo desde suelo boliviano.
Demás decir que Hugo Chávez Frías lo que ha hecho no es sino repetir una posición que la gran Venezuela ha mantenido desde hace rato a favor nuestro. Lo que pasa es que ahora lo hizo rimbombante porque quiere cobrarse ante Ricardo Lagos la afrenta de la Cumbre del Cuzco, cuando el mandatario chileno virtualmente lo ridiculizó, según lo referido por la prestigiosa revista peruana "Caretas".
Pero esta vez lo dicho por Chávez fue aprovechado por el flamante gobierno de Carlos D. Mesa para retomar la "ofensiva" y salió bastante bien librado de la escaramuza en la Cumbre de Monterrey.
En estas circunstancias, Chile muy a la defensiva, resolvió llevar adelante su contraofensiva, consistente en enviar a experimentados diplomáticos a Europa, principalmente, para convencer a esos gobiernos que, por el infame tratado del 2004, "no hay cuentas pendientes" entre Bolivia y Chile.
A esa contraofensiva, vigorosa por la cantidad y calidad de enviados chilenos, nuestro presidente dispuso el nombramiento de Carlos Iturralde como "embajador especial" para cabildear a favor de la causa boliviana ante gobiernos del Caribe.
No tengo nada contra esta gestión, pero me parece que mientras los chilenos toman un avión, nosotros andamos en carretón. Me pregunto ¿qué opinión puede pesar más pragmáticamente, ¿la de Inglaterra, Alemania, Italia, Suecia, Francia, o la de Haití, St. Vincent, Santa Lucia, Montserrat, Trinidad-Tobago o la de Islas Turcos y Caicos?
"Quiero decirles que nosotros hemos trabajado a partir de nuestra presencia en Monterrey en todas nuestras representaciones diplomáticas de manera muy intensa, no queremos hacer una gran alharaca de ello", dijo recientemente Mesa.
Creo que a Mesa lo que se le olvida es que para una ofensiva de ese envergadura se necesitan avezados combatientes, luchadores bien entrenados y se tiene nomás que hacer alharaca para que los resultados no se queden engavetados o circunscritos a buenas intenciones.
Y a riesgo de ser un aguafiestas, me atrevo a asegurar que hasta ahora el gobierno de Mesa no ha estructurado aún el cuerpo de combatientes a nivel diplomático.
Lo veo todos los dias. Mientras para consumo interno nos llenamos la boca con anuncios de batallas y de ofensivas, los chilenos publican en la prensa internacional a través de sus gentes de sus representaciones diplomáticas artículos diciendo que no hay nada pendiente entre Bolivia y Chile.
Sin andar lejos en Miami, en "El Nuevo Herald", ya salieron dos artículos de chilenos que argumentan que el tratado "de amistad y paz" de 1904 es irrevisable y nuestra embajada y nuestro consulado, ni se han dado por enterados. No hay quien desde allí refute a esos articulistas.
¿O es que vamos a ignorar esta parte de la contraofensiva chilena en tributo a no hacer alharaca de nuestra ofensiva diplomática?
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