Tierra Lejana-- Página de Hernán Maldonado




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Miércoles 18 de octubre del 2000


TOMEMOS EN SERIO AL MALLKU

Por Hernán Maldonado


Felipe Quispe Huanca, más conocido como el Mallku, es actualmente el personaje del día y el torrente de palabras que le dedican los diarios, radios y televisoras ha ayudado a encumbrarlo como el líder a tomar en cuenta en los próximos años. Hasta se habla de su candidatura presidencial…

Hace dos años, cuando fue elegido como máximo líder del campesinado boliviano, esos mismos periodistas que ahora se mueren por entrevistarlo, poco menos que se le rieron en la cara cuando el Mallku dijo que hablaría con Bánzer de "jefe a jefe", al rechazar insinuaciones para pedir una audiencia con el presidente de la república.

Por supuesto que Bánzer fue el menos interesado en hablar con el Mallku dado que el hombre acababa de salir de un largo encierro carcelario debido a sus vínculos con los "Ayllus Rojos", el embrión de Ejército Guerrillero Tupac Katari, con una pequeña historia de actos terroristas.

El pasado fin de semana, en declaraciones a Los Tiempos de Cochabamba, el Mallku justificó esas sus andanzas diciendo que "pensábamos que (la lucha armada) era el único camino para ganar ese espacio" (la toma del poder político).

Su afirmación hace pensar que el Mallku, en un enorme cuarto de conversión, ahora buscará ese "espacio" con los métodos que pone a su disposición el imperfecto sistema demócratico boliviano. ¿Será posible?, dado que los enormes cambios que propone en el Estado boliviano no se darán si no se revientan las actuales estructuras.

Eso significa una revolución y las revoluciones nunca las han hecho las masas, sino las burguesías. Aun, en el supuesto de que esos cambios profundos sean autorizados por un referendo o una Asamblea Constituyente, habría que preguntarse con cuántos constitucionalistas cuenta el Mallku, cuántos politólogos, sociólogos, economistas, cientistas sociales, etc.

¿O es que va a acudir a los k'haras? Claro, hay infinidad de k'haras sinverguenzas que ya se están frotando las manos para subirse al carro electoralista del Mallku. De eso el país tiene una larga experiencia.¿No ocurrió lo mismo con el compadre Palenque, el k'hara prototipo del impostor hablando por los t'haras?

Hay que dejar claramente establecido que son completamente justos los reclamos del Mallku por el abandono en el que se encuentran nuestras mayorías nacionales. La culpa la tienen todos los gobiernos que se sucedieron desde 1952. La historia podría ser diferente si a partir de entonces, a la par del voto y de la tierra, se le hubiera dado al campesino educación y se hubiera atendido su salud.

Los levantamientos indígenas de abril y septiembre de este año han mostrado en su cruda realidad ese abandono. La movilización agraria, con el bloqueo de caminos como su culminación, ha sido ejecutada casi a la perfección. Lo que le ha faltado es un contenido ideológico, principista. Por eso aparece sólo como reivindicacionista.

Hay que observar también con preocupación la limitaciones del emergente líder campesino, que le hacen incurrir en una serie de errores que actualmente le festejan los periodistas, pero que no favorecen a su liderazgo Por ejemplo, pienso que es un error que el Mallku esté diciéndole a todo el mundo que poco antes de morir su padre le pidió vengara las injusticias de que fue víctima.

Y aunque parece un chiste, menos serias son sus palabras de que para conformar la vanguardia dirigente del campesinado buscará hombres con tres testículos.

Pero chiste más o chiste menos, tampoco hay que perder de vista que el movimiento que encabeza el Mallku, no es algo para diluirse en las próximos meses o años. Además, el que lo haya focalizado al mundo aymara, no es una pura casualidad.

No perdamos de vista a ese violento movimiento internacional, puesto de manifiesto a comienzos del año pasado en Tacna, cuando se produjeron los pronunciamientos hacia la conformación de un Estado de la nación aymara que se siente despojada de su territorio por bolivianos, peruanos y chilenos.

Esa insurgencia abarca un espacio geográfico mucho mayor y el mismo lenguaje, aunque con otros matices, se escucha desde Chiapas hasta la Tierra del Fuego. Y hasta en la lejana Australia, como acaba de demostrárnoslo la campeona olímpica Cathy Freeman, a la que finalmente los k'haras de su país le han reconocido su derecho a abogar por los pueblos originarios.





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