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Sábado 7 de septiembre del 2013
LORENZO CARRI: "LAS TRISTEZAS QUE ME LLEVARE..."
Por
Hernán Maldonado
La selección boliviana de fútbol quedó eliminada de ir a una Copa Mundial por quinta vez consecutiva desde el 1994. Una nueva frustración para la afición boliviana por algo que parecía obvio desde hace mucho tiempo pero que se negaban a admitir la crítica, los dirigentes y los mismos jugadores.
Cuando acabó la "era Quinteros", el gran amigo y colega Lorenzo Carri y yo conversamos mucho sobre las perspectivas del equipo en su pretensión de acudir a la cita mundialista Brasil-2014 y concluimos en que no tenía posibilidad alguna.
"Pero ¿cómo se lo decimos a los aficionados, a los mismos colegas, querido Hernán?, me dijo Lorenzo. Y es que, desde el presidente Evo Morales, hasta el último aficionado confiaban casi ciegamente en que Bolivia se clasificaría para estar entre los 32 mejores del mundo.
Con muchas fechas aún por jugarse, con Gustavo Quinteros la "verde" no daba pie en bola y sus días al frente del equipo estaban contados. El vasco Xavier Azkargorta creyó llegada la oportunidad para hacerse de unos billetes porque ya nadie estaba interesado en sus servicios.
Se radicó en Santa Cruz y desde el periódico El Deber, como columnista, empezó a abrirse paso hacia la recaptura del cargo que ocupó y desde el cual llevó a Bolivia a la Copa Mundial USA-94. En pocas palabras, "empezó a venderse".
El sabía que no tenía a mano el talento de jugadores de la talla del "Diablo" Etcheverry, Vladimir Soria, Milton Melgar, Carlos Borja, William Ramallo, Erwin Sánchez, Julio C. Baldiviezo, Marcos Sandy, Miguel Rimba, etc., pero comenzó a tejer ilusiones.
Empezó por lo alto. Fue recibido en el Palacio de Gobierno por el "primer futbolista del país" y lo demás, ante el fracaso de Quinteros, anduvo sobre rieles. El país mismo y alguna prensa confiaron en que el vasco reeditaría su éxito del 94 cuando, más que como técnico, mostró dotes de un gran motivador, algo que no le sirvió cuando después de ese año salió de Bolivia y deambuló sin éxito al mando de otros equipos.
Tras hacerse cargo nuevamente del equipo, un canal de televisión de Santa Cruz anunció un debate al que fueron invitados dirigentes de la Federación, Azkargorta y varios periodistas, entre ellos Carri, quien se excusó.
¿Por qué no fuiste?, pregunté a Lorenzo. "Creo que ese panel tiene solo propósitos de relaciones públicas y en eso no estoy interesado. Además Azkargorta sabe lo que pienso de él y no quiero arruinarle la fiesta", me respondió.
Un poco después Lorenzo debió ser internado en una clínica y muchos colegas, para su disgusto, se apresuraron en escribir notas muy parecidas a obituarios. Al reponerse, Lorenzo me envió lo que estimo es su "testamento" sobre las razones del fracaso de nuestro fútbol, que publicaré en un libro que preparo.
El colega, fallecido en abril, me dijo: "Son, para decirlo en pocas palabras, las tristezas que me llevaré después de tantos años de pregonar varias cosas como cronista o analista. Una especie de contrapeso de los elogios y ditirambos ya publicados y por publicar en torno a este tu corresponsal".
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