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Lunes 2 de septiembre del 2013
LA HEGEMONIA MEDIATICA
Por
Hernán Maldonado
El doctor Joseph Goebbels era tan hábil en el manejo de la propaganda política que cuando los rusos estaban a las puertas de Berlín, él - micrófono en mano - les hacía creer a los alemanes que todavía estaban ganando la guerra.
Hoy el diabólico propagandista del régimen nazi, si es que viviera, aparecería como un burdo aprendiz al lado de los manipuladores de la opinión pública que se valen no solo de la radio sino, y al por mayor, de la televisión, el cine, la prensa, etc.
Por eso, especialmente en Venezuela, hay una marcada intención de acentuar la hegemonía comunicacional que consiste en que el ciudadano de a pie no tenga sino un solo canal para conocer lo que ocurre en su entorno y más allá.
El dictador Hugo Chávez, quizás como ningún otro gobernante en el mundo, usó y abusó del micrófono para engatusar a millones de venezolanos sobre las "bondades del Socialismo del Siglo XXI", que él mismo nunca supo explicar en qué consistía.
En base a nacionalizaciones, confiscaciones y expropiaciones destruyó el aparato productivo del país haciéndoles creer a sus compatriotas que Venezuela en un dos por tres se convertiría en una potencia exportadora de bienes y servicios.
Luego de 14 años de frenéticos experimentos a diestra y siniestra, lo que dejó al morir el pasado marzo fue un país virtualmente en ruinas donde no se consigue ni papel higiénico. Sin embargo, como esos ingenuos alemanes de abril de 1945, todavía hay quienes creen estar "ganando la guerra" y por eso gritan entusiastas en las calles: Chávez vive, el socialismo sigue…
Al poner en vigencia la hegemonía comunicacional, el chavismo creó al menos 6 televisoras nacionales y una internacional; se adueñó de Radio Caracas TV, que tenía 53% de teleaudiencia nacional, compró diarios, revistas, semanarios y metió la propaganda oficial por cualquier resquicio en los hogares de millones de venezolanos.
Chávez, y ahora su sucesor Nicolás Maduro, hasta por motivos nimios hablaba a cualquier hora el día en cadena nacional de radio y TV. Los medios del Estado venezolano se convirtieron en propiedad del partido oficial donde, claro, se muestra al país de la "vida bella".
Cuando acallaron RCTV el país se enfureció tanto que el gobierno perdió el referendo del 7 de diciembre del 2007. La única televisora independiente que quedó fue Globovisión. El chavismo aprendió la lección, no la expropió sino que la hostigó de tal manera fiscalmente, que obligó a sus propietarios éste 2013 a venderla a testaferros oficiales.
El ejemplo chavista se extiende como epidemia en países afines al populismo demagógico y en mayor o menor medida, la hegemonía comunicacional echa ya raíces en Argentina, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, etc., donde la libertad de expresión sufre grave menoscabo en manos de los aventajados discípulos del Dr. Goebbels.
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