La diplomacia fallida




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Lunes 1 de agosto 2011


LA DIPLOMACIA FALLIDA

Por Hernán Maldonado

El presidente Evo Morales y el canciller David Choquehuanca buscarán olvidarse del jueves 28 de Julio cuando salieron de su encuentro con sus colegas Sebastián Piñera y Alfredo Moreno, respectivamente, con las tablas en la cabeza tras su encuentro en Lima, según se desprende de informaciones de la prensa chilena.

Los periodistas que esperaban una declaración y una rueda de prensa conjunta se quedaron con los crespos hechos. Piñera, con esa sonrisa que le acompaña siempre y que puede tener muchas interpretaciones, apenas saludó y se marchó. Morales y Choquehuanca no estaban para sonrisas.

Apenas asumió el cargo, Morales fue "coqueteado" por Chile, cuya presidenta Michelle Bachelet hasta le organizó una multitudinaria concentración en un pequeño estadio santiaguino donde 25.000 enfervorizados chilenos gritaban: "Evo, Evo" y "Mar para Bolivia".

Morales quedó tan impresionado por esa demostración que proclamó la vigencia de la "diplomacia de los pueblos". Aseguró que por voluntad popular Bolivia recuperaria el acceso al mar, que perdió en la guerra de 1879. Como todo enunciado demagógico, esa "diplomacia" quedó en el olvido para centrarse en la agenda de los 13 puntos, una cancha rayada por Chile.

La agenda avanzó a paso de tortuga hasta exasperar a Morales ("Me engañaron", fue su queja) en graves dificultades internas a raiz del gasolinazo del 31 de diciembre y su enorme pérdida de popularidad. Entonces el 23 de marzo, Morales dio una patada al tablero mandó virtualmente al diablo la agenda y anunció que llevaria a tribunales internacionales la demanda marítima boliviana.

En un arranque de patriotismo unitario llamó a ex presidentes y ex cancilleres, a muchos de los cuales apalea judicialmente, para que lo asesoren y hasta (sin la consulta previa) osó anunciar como abogado de la causa boliviana al ex juez español Baltasar Garzón, quien rechazó sobre tablas la posibilidad.

El arriesgado paso irritó al gobierno chileno que movió de inmediato su aparato comunicacional y diplomático a nivel mundial, a parte de enfriar los nexos Morales-Piñera. Tratando de arreglar el desaguisado, Morales reculó de su postura arrogante e irracional y buscó un encuentro con Piñera aprovechando la coincidencia de ambos en Lima para la asunción de Ollanta Humala.

Piñera, ducho en el debate político, cortó toda iniciativa de Morales de enfocar la charla sobre el asunto marìtimo. Sostuvo machaconamente que Bolivia y Chile firmaron el Tratado de Paz de 1904 y que éste debe cumplirse. Moreno lo ratificó en declaraciones más después: "Chile no le debe nada a Bolivia".

Enseguida Piñera volvió a rayar la cancha insistiendo en que debe avanzar la agenda de los 13 puntos. Todavía más, gran parte de la charla de 90 minutos se enfocó en exigir a Bolivia una lucha más a fondo contra el narcotráfico y la obligación que tiene de no permitir que se comercialicen en su territorio cientos de autos robados en el exterior.

Todo esto lo publicó la prensa chilena recogiendo declaraciones del propio Piñera y de Moreno, mientras Morales y Choquehuanca regresaron a Bolivia calladitos, inclusive haciendo quedar mal a su vicecanciller Juan Carlos Alurralde que había adelantado que ambos ofrecerian un amplio informe al país de lo hablado en Lima.