Lunes 1 de julio del 2002
LA IZQUIERDA ENTRA AL SISTEMA
Por
Hernán Maldonado
La enorme crisis en la que se debaten nuestros pueblos y que no ha podido ser resuelta por los regímenes que reemplazaron a los militares que gobernaron nuestros países en la larga noche de los años 70, ha reflotado a la izquierda antiyanqui en Bolivia.
Los resultados de las elecciones presidenciales del domingo, además, lo único que sacan en claro es Bolivia se divide politicamente en por lo menos cuatro bloques: uno centro-derechista (MNR), otro populista-derechista (NFR), uno populista-izquierdista (MAS) y finalmente el acomodaticio MIR más tirado a oportunista que a centro-izquierdista.
Dado que el MAS promete no otorgar sus votos a Gonzalo Sánchez de Lozada del MNR ni a Manfred Reyes Villa de NFR, el MIR apunta a ser el árbitro que elegirá al próximo presidente, claro - y como es su costumbre - reservándose una buena cuota de poder.
Por esto es posible que, como ocurrió en 1989, Sánchez de Lozada haya ganado pero que no cobre. El MIR ha dicho que se aliará con quien sea (¿NFR?), menos con el "vendepatria" y "gringo" movimientista, al que una vez el propio Jaime Paz Zamora, además de esos calificativos, lo llamó "cabrón".
Aunque Reyes Villa ahora dice que hablará con todos para eventualmente ser elegido presidente, es muy difícil predecir una alianza con el MNR, renegando de su discurso electoralista de "gente nueva" con el que ganó adeptos y despotricando contra los partidos sistémicos o tradicionales.
Hasta un día antes de las elecciones Reyes Villa sostenía que jamás buscaría una alianza con el MNR. Claro, eso era cuando ingenuamente pensaba que ganaría las elecciones con el 50 por ciento más uno de los votos.
Para una eventual alianza MNR-NFR, Sánchez de Lozada también tendría que olvidarse de las afrentas que sufrió como presidente de parte de Reyes Villa quien, cuando era el todopoderoso alcalde cochabambino, hasta se atrevió a endilgarle públicamente el calificativo de "cojudo".
Y porque nuestros políticos suelen tragarse sus palabras tan rápidamente como las emiten, no debemos dar por descartado eventuales alianzas MNR-NFR, MNR-MIR, NFR-MIR y hasta un MNR-NFR-MIR, por muy ilusorio que parezca en este momento.
Ninguno de los tres partidos podrá ignorar la insurgencia del MAS, cuyo líder Evo Morales regresa al parlamento en hombros del embajador de Estados Unidos, Manuel Rocha, cuyas desafortunadas amenazas a Bolivia tuvieron la magia de darle un impulso brutal a la aletargada izquierda nacional que desde hace tiempo siembra entre el campesinado nativo.
Jamás en la historia de Bolivia el marginado movimiento campesino había logrado la representación que ahora tendrá en el Congreso. Su lucha entra a las entrañas mismas del sistema y sus hombres comprobarán más temprano que tarde que no es lo mismo bloquear caminos que formar parte de él.
Además, en la más pura tradición de los bolivianos, esa izquierda está dividida y primero deberá ponerse de acuerdo sobre el país que quiere construir, dado que dentro del MAS conviven ex falangistas, comunistas, troskistas, asistémicos, evangélicos, nacionalistas, indigenistas, castristas, los sin tierra, etc.
24 horas después de realizadas las elecciones, yo no veo claro el panorama político. En principio me parece que todo está dado para un eventual pacto MNR-NFR para un gobierno de centro-derecha que tenga al frente a una oposición de centro-izquierda MAS-MIR. Por lo que de cuatro, el país quedaria dividido sólo en dos grandes bloques políticos.
|