Lunes 11 de noviembre del 2002
LA SALUD DEL PRESIDENTE
Por
Hernán Maldonado
El presidente Gonzalo Sánchez de Lozada goza de muy buena salud y "ustedes mismos pueden comprobarlo viéndolo", dijo el pasado fin de semana su esposa Ximena Iturralde, horrorizada por algunas especulaciones en sentido contrario.
Sánchez de Lozada inicia esta semana una largo visita a Estados Unidos, la primera desde que asumió el cargo el pasado 6 de agosto y, además de entrevistarse con su colega George W. Bush y altos funcionarios de organismos internacionales, se realizará un chequeo médico.
"¡Qué horror!", exclamó la Primera Dama cuando los periodistas le preguntaron en Santa Cruz, si su esposo padece del Mal de Parkinson.
Tan molesta estuvo Ximena Iturralde que virtualmente puso fin, antes de lo previsto, a sus actuaciones oficiales en la capital oriental.
Atribuyó esas versiones a opositores políticos y recordó que algo por el estilo ya se hizo circular en el país antes de las elecciones del 30 de junio.
La inquietud de los periodistas se basa en el insólito hecho de que Sánchez de Lozada aparentemente se internará por cinco días en un hospital estadounidense.
Tratándose de un dignatario de Estado, esos exámenes cuando más duran dos días en Estados Unidos y el que Sánchez de Lozada necesite cinco ha hecho que aumenten las especulaciones.
Nadie parece haber olvidado que cuando el presidente Hugo Bánzer Suárez viajó a mediados del 2000 a Washington, también se informó que era para "chequeos de rutina".
Inclusive cuando se le detectó el mal que finalmente concluiria con su vida, altos portavoces oficiales insistían en negar la gravedad del mal y hasta nuestra embajada allí nos desinformó diciéndonos que con "unas pastillitas" mejoraría la salud del general.
Fue traumático para el país el proceso que se inició con el famoso "chequeo de rutina" y que derivó posteriormente en el cambio de mando en la jefatura del Estado. Entre uno y otro hecho no pasaron sólo días, sino angustiosas semanas.
Por lo afirmado ahora por la Primera Dama, éste no parece ser un caso preocupante, respaldado por el hecho de que es costumbre de la pareja realizarse esos exámenes médicos cada dos años.
Es cierto que "Goni" ya no es el mismo político de la década pasada. No se le nota la energía de esos años, pero es que tampoco el almanaque perdona y nuestro Presidente ya es setentón.
Se ve que ha perdido peso y hasta en el humor ha cambiado. Ya no es el mandatario dicharachero, el de los agüijones verbales demoledores de sus contrincantes, el de los urticantes chistes o el de las ingeniosas parábolas.
Y es que Sánchez de Lozada aparentemente se ha dado cuenta que la situación del país no está para chistes. Por eso quizás es que en sus últimos mensajes, en lugar de mostrar un optimismo de candidato, aparece compartiendo las preocupaciones de los demás.
De todas maneras, sería saludable que el gobierno sea muy claro, en lo posible, en decirle al país el resultado de los exámenes médicos. Esa será la mejor forma de acabar con las especulaciones y de retrotraer preocupaciones que ya sepultamos.
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