Lunes 3 de junio del 2002
GONI YA NO HACE CHISTES
Por
Hernán Maldonado
A Gonzalo Sánchez de Lozada se le acabó el gas. Ya no es el Goni de tiempos pasados cuando su ingenio causaba torrentes de risa y con su optimismo contagiaba al país, inclusive cuando prometió que sería capaz de crear 500.000 puestos de trabajo.
A los seis meses de haber asumido la presidencia, un periodista le preguntó dónde estaba ese medio millón de empleos y Goni sacó carcajadas en lugar de reproches al decir: "Bah, no te desesperes. Hasta para tener una guagüita hay que esperar 9 meses, pues".
Han pasado ya casi 10 años de aquello y lo que en el país se advierte es una bronca generalizada contra nuestros políticos. Las frustraciones han sido más que las satisfacciones y quizás por esto es que los asesores de campaña de Goni le han dicho que el electorado no está para bromitas.
Ahora el candidato del MNR se presenta con perfil de estadista, procura darle a su mensaje un signo de seriedad y de honda preocupación por el país y, en general, nos promete rectificaciones a los errores cometidos y nos ofrece, básicamente, una lucha frontal contra la corrupción.
¿Cómo creerle si durante su gobierno, a pesar de la fuerte campaña periodística, ni él ni su partido tuvieron el coraje de rechazar y menos de sancionar a Gaby Candia, virtualmente expulsada de la Alcaldía de La Paz por graves hechos de corrupción?
Y ese no fue un caso único. ¿O es que el MNR puede mostrar algún proceso interno sobre las acusaciones de corrupción que se hicieron contra Germán Medrano, quien finalmente fue expulsado de la Cámara de Diputados y fue enviado a la cárcel?
Un político experimentado como Goni ¿cómo es que no se enteró que el país quiere nuevos liderazgos, otros hombres? ¿Por qué si en 1997 invitó al independiente René Blattman, a ser el candidato presidencial del MNR, no hizo lo propio este año con Carlos D. Mesa?
Decenas de miles de bolivianos con acceso al Internet recibieron la semana pasada invitaciones a votar por el MNR. De esos miles, la mayoría vive en el exterior y lamentablemente para la causa de Goni, y en sus propias palabras, están con "las manos atados".
Veamos. En su visita a Miami en 1995 Goni recibió de centenares de sus compatriotas el clamor unánime de que se permitiera el voto del boliviano residente en el exterior.
Con la chispa que lo caracterizaba, Goni dijo entonces: "Sé lo que este pedido significa porque he vivido gran parte de mi vida en el exterior. Bolivia es como un matrimonio: los que están afuera quieren estar adentro y los que estan adentro quieren estar afuera".
Fue entonces que se comprometió a que, a su regreso a La Paz, gestionaría ante el Congreso la aprobación de las leyes reglamentarias que hagan viable lo que ya está instituido en la Ley Electoral.
Pero a Goni, y a muchos más como él, se le olvidaron las promesas. De nada sirve que esos centenares de miles de bolivianos residentes en el exterior contribuyan a la economía nacional con envios anuales que oscilan entre los 300 y los 600 millones de dólares.
Esos miles de bolivianos olvidados y proscritos, hasta por sus propios consulados y embajadas, quizás puedan sentirse motivados para votar por el MNR, pero no podrán hacerlo porque estos si, de verdad, están con las manos atadas. ¡Ah! Y si se les ocurriera ir a votar, tendrían que recabar la visa correspondiente como si no fueran bolivianos.
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