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Martes 11 de julio del 2006
CON MIS HIJOS, ¡NO TE METAS!
Por
Hernán Maldonado
A comienzos del 2002 la sociedad civil venezolana se puso de pie ante los primeros atisbos autoritarios del régimen del coronel Hugo Chávez Frías de eliminar la enseñanza religiosa en Venezuela. De confín a confín se escuchó sonora la advertencia de esa sociedad civil: “Con mis hijos, ¡No te metas!”
Los intentos de eliminar la enseñanza religiosa en las escuelas, de cancelar la educación privada, de ideologizar al alumnado desaparecieron, además, aplastados por la firmeza de la Iglesia Católica. Allí fue donde comenzó lo que fue el fugaz derrocamiento de Chávez aquél sangriento 11 de abril.
Mucho de lo ocurrido entonces aparece esta semana en Bolivia en el Congreso de la Educación donde el ministro Félix Patzi afirma que no permitirá que la Iglesia Católica mantenga un "monopolio" en la enseñanza donde lo único que hace es "adoctrinar".
Patzi es partidario de abolir la enseñanza religiosa en las escuelas de Bolivia y reemplazarla por una "historia de las religiones" en su propósito de instaurar una educación "laica y única".
El cardenal Julio Terrazas ha advertido que la Iglesia Católica no aceptará políticas que nieguen el derecho de los progenitores a elegir la educación de sus hijos, como las que impulsa Patzi, porque se trata de un “derecho irrenunciable”.
El presidente Evo Morales, que hace una semana se declaró católico y prometió que garantizará que la enseñanza religiosa continúe en escuelas y colegios confesionales, ahora en actitud pilatuna sostiene que será la Asamblea Constituyente la que analizará el caso y no desautoriza los intentos de su ministro de Educación.
Está película se parece a la venezolana del 2002, con la diferencia de que entonces Chávez reculó tácticamente hasta que a comienzos de mayo pasado volvió a plantear la idea provocando que la Conferencia Episcopal Venezolana le parara nuevamente el carro.
Pero Chávez, que se ha apoderado del Poder Judicial, del Electoral, del Legislativo y el Poder Moral, se siente “guapo y apoyao” y ha reverdecido sus intenciones a través de su ministro de Educación Aristóbulo Isturiz, quien apenas hace dos semanas propuso que “cada maestro tiene que estar casado con el modelo de República y nuestra ideologia política tiene como objetivo construir la ideologia socialista del siglo XXI”.
Isturiz aplaudió a rabiar cuando hace dos semanas el comandante Luis Reyes Reyes, gobernador del estado de Lara, propuso que en Venezuela los “maestros deben inculcar nuestra doctrina comunista desde las escuelas”.
Isturiz, que gusta presentar estos días a Chavez a niños que le echan loas, le leen poemas y piden a los votantes que lo reelijan con 10 millones de votos, fue fuertemente criticado el pasado 6 de julio por la Asamblea de Educación, que en un comunicado expresó que “no es republicano promover expresiones de culto al presidente porque adular y adorar a un hombre es conducta servil de vasallos, propio de monarquias absolutistas y nunca una conducta republicana”.
Pero Isturiz ha respondido a la respetable asociación civil descaradamente: “Estoy politizando la educación ¿y qué?”
Respecto a lo que ocurre estos días en Sucre quizás debamos advertir: “Cualquier parecido con lo que ocurre en Venezuela NO es pura coincidencia”.
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