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Domingo 8 de junio del 2008
LOS AMIGOS EN EL EXTRANJERO
Por
Hernán Maldonado
El presidente Evo Morales asegura que en el exterior se le quiere más que en su propia patria y no ha faltado algún atrevido que le ha recomendado sobre tablas que se vaya cuanto antes para ahorrarles a sus compatriotas horas de dolor y sangre.
Morales efectivamente tiene aún un fuerte poder de convocatoria fuera de Bolivia, por lo menos en los medios de comunicación. Además, muchos políticos extranjeros - con más conmiseración que lógica - están prendados de la ingenuidad del primer presidente indígena de Bolivia.
No es la ignorancia lo que piadosamente enternece a esos políticos que escuchan a Morales confundir, como si nada, Irak con Irán, condoliéndose de los "iranitas" masacrados diariamente por las tropas del imperialismo norteamericano.
En Europa, la izquierda rosa, mantiene su luna de miel con el líder cocalero devenido en Presidente con el voto de más del 53 por ciento el electorado. Pese al desastre de su gestión, la prensa internacional, o una parte importante de ella, cree que Bolivia por fin se ha dado un gobierno que representa a las mayorias nacionales.
Hasta la OEA, manipulada por el mandamás de Caracas, se ha puesto de su lado y advierte contra cualquier signo de desestabilización de la democracia boliviana. Ojalá que el organismo hubiera tenido el mismo celo cuando Morales encabezaba las turbas que provocaron la caída de los regímenes de Gonzalo Sánchez de Lozada y Carlos Mesa.
Pero no es sólo la OEA la que da oxígeno al gobernante, que anda cuesta abajo desde la ilegal aprobación de la nueva Constitución Política del Estado, sino que la oposición interna le regala viagra. A la estupidez de convocar a un ilegal referendo revocatorio, se suma la humillación de unos indígenas en la plaza principal de Sucre.
Los dorsos desnudos de esos hombres arrodillados, le han hecho olvidar a la comunidad internacional esas terribles imágenes mostrando a los "ponchos rojos" de Achacachi descuartizando perros, en advertencia a los opositores de los que les espera si osan derrocar a Morales.
Lo que la comunidad internacional no ve es la acelerada pérdida de popularidad de Morales. Hasta los que votaron por él se sienten traicionados. El alza de los precios de los artículos de primera necesidad es una constatación diaria que el régimen a punta de propaganda trata de tapar.
Ni los cheques venezolanos repartidos al voleo logran aplacar la bronca de aquellos que ayer nomás aplaudian la "nacionalización del petróleo" y que hoy no tienen gas para comprar o que observan que Morales exige que las multinacionales inviertan en el país, como aquél sinvergüenza que matonea a su mujer y al ratito le pide un besito.
Como no veo salida a la grave crisis nacional, a no ser que moros y cristianos resuelvan sobre todo convocar a una nueva Asamblea Constituyente, permítanme mantenerme en el equipo de los escépticos. El referendo revocatorio no solucionará nada y lo más que sacará a luz es la pobredumbre de la nueva Corte Nacional Electoral y su registro donde por meses ha estado metiendo el chavismo su mano peluda, experta en manipular y tergiversar resultados.
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