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Jueves 20 de enero del 2011
LA TENTACION MEDIATICA
Por
Hernán Maldonado
Revisé los periódicos, sintonice radios y televisoras y en ninguna parte en el sur de la Florida vi estos días que se haya divulgado, ni como noticia secundaria, la ordenación como simples sacerdotes católicos de John Broadhurst, Andrew Burham y Keith Newton, los obispos que renunciaron hace un mes a la Iglesia Anglicana.
Pero el que un sacerdote católico se pase a la Iglesia Episcopal, merece portadas, grandes titulares, reportajes especiales. Peor todavía el ex cura, que quizás por humildad debería buscar el silencio, no pierde ocasión para sucumbir a la tentación mediática.
La primera vez que conocí a Alberto Cutié me cayó mal. Fue en un retiro espiritual en Boca Raton. Llegó 45 minutos retrasado (El que lo presentó, más en serio que en broma, dijo que era su costumbre dadas sus múltiples ocupaciones), pero lo peor es que sentí que no se había preparado para predicar.
Era párroco en Miami Beach, director de Radio Paz y el semanario de la Arquidiócesis, dirigia un programa de TV, entrevistaba para el canal EWTN de la madre Angélica en Alabama. Pasaba horas pegado al micrófono en la emisora miamense. Era un milagro el que todavía se diera tiempo para escribir libros y mantener una columna diaria en El Nuevo Herald.
Eso fue hasta el 2009 cuando una revista divulgó fotografias suyas junto con una dama en una playa. Cutié pudo haber hecho lo que muchos de sus ex colegas hicieron: colgar discretamente los hábitos. No fue así. Se puso altivo y pidió que entendiéramos que "detrás de la sotana hay unos pantalones". El escándalo se hizo monumental.
El Arzobispo John Favalora trató de reflexionarlo y sin duda lo perdonó al otorgarle un permiso indefinido. Cutié se hizo el ofendido y se convirtió en pastor episcopal olvidándose que Jesús le dijo al primer Papa: "Tu eres Pedro y sobre ésta piedra edificaré mi Iglesia". (Mateo 16, 18). No dijo "mis iglesias".
Ya pasaron casi 2 años del escándalo, pero los medios siguen "enamorados" de Cutíé. Es noticia de portada el que se haya casado, el que su mujer esté embarazada, el que haya nacido su hija, que sea él mismo quien la bautice, el que haya escrito un nuevo libro, etc. Y si no hay nada que publicar, él aparece dando entrevistas para fustigar a la Iglesia Católica o para dolerse del nuevo rumbo eminentemente apóstolico que ha tomado Radio Paz.
El despliegue informativo que provocó Cutié en recientes semanas de ninguna manera se iguala a la renuncia de los obispos anglicanos y ni siquiera al gran anuncio de la próxima beatificación de Juan Pablo II. La Jerarquía ya dijo que lo que tuvo que decir y calculo que no va a entrar en polémica, fiel a la recomendación de poner la otra mejilla. Eso si, nos pedirá orar por él. Amén.
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