Tierra Lejana-- Página de Hernán Maldonado




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Viernes 24 de marzo del 2006

(Recuerdos de viaje)

UYUNI Y SU MAR DE SAL

Por Hernán Maldonado

Recuerdos de viaje
La Paz y la cultura del bloqueo
Copacabana: Abundante cosecha
Una joyita llamada Potosi
Uyuni y su mar de sal
Sucre la señorial
Cochamba, tierra que nadie iguala
Evo "globeado" en Oruro
Los Yungas de los cocales
Tarija, la Capital de la Sonrisa

La "Hija Predilecta de Bolivia", lejos ya de sus virtudes como un centro ferroviario vital, ahora es el sitio de concentración de las hordas turísticas rumbo al Salar, ese mar de sal de hasta 10 metros de espesor que se extiende por más de 10.000 kilómetros cuadrados en la provincia potosina de Daniel Campos.

El monumento a una mujer alargando sus brazos con una taza y un pan en una céntrica avenida, nos recuerda la magnanimidad de las uyunenses que no conocian de horarios para esperar con el cafecito caliente a los soldados que desde todos los confines patrios acudían en tren a la Guerra del Chaco.

Una larga avenida, con una locomotora, manillas, un vagón, hechos monumentos, hablan de los tiempos en que Uyuni era nervio y motor del sistema ferroviario nacional. Paradójicamente, a escasos kilómetros de allí está el "cementerio de trenes". La devastación es tal que me hizo recuerdo al bombardeo aliado a la huida de los iraquíes de su ocupaciòn en Kuwait.

Uyuni también es histórica porque allí asesinaron al ex presidente general Hilarión Daza cuando regresaba a Bolivia supuestamente para rendir cuentas y, de acuerdo a los nuevos historiadores, a desemascarar a quienes se beneficiaron de la Guerra del Pacífico. Daza todavía está enterrado ahí. El crimen quedó impune.

El salar está inundado. Sólo se puede ir hasta el Hotel de Sal, según los guías. Emprendemos el camino a Colchani. La ruta es infame pero en la población hallamos el Museo de la Sal. Bastante rudimentario, pero ya tenemos una idea de cómo se construyen casitas con ladrillos de sal.

Nuestro vehículo se interna en el salar. Simplemente es imponente el paisaje. Ese mar de sal cubierto de 10 centímetros de agua rodeado de lejanas montañas entre las que sobresale el nevado volcán Thunupa.

El Hotel de Sal parece un espejismo. El atardecer es lluvioso, casi oscuro, pero los turistas chapotean en el agua salada. "Está caliente", grita uno de ellos. Al menos hay un centenar de visitantes. El dueño, Teodoro Colque, explica innecesarianente que todo esta hecho de sal, excepto el techo.

Un letrero a un costado señala que el baño "sólo" es para los que consumen algo en el hotel. Lo más apetecido: un mate de coca. Observo una de las habitaciones. Una cama con cueros de ovejas. "A los europeos les encanta", comenta don Teodoro.

Un lástima no proseguir el viaje hasta Laguna Colorada, la Isla del Pescado, Laguna Verde, etc. "Vuelvan en la temporada seca", recomienda Colque. Pero hay osados. A riesgo de perderse, porque la orientación es difícil en medio de la lluvia, algunos europeos emprenden la travesia por el mar de sal.

Regreso a Potosi por Pulacayo. Todavía está en pie la sede minera donde en 1947 se firmó la famosa "Tesis de Pulacayo" que prologó la Revolución Nacional. La casa donde vivió el ex presidente y potentado minero Aniceto Arce es un museo que incluye los muebles importados desde Francia. Esta la primera locomotora que entró al país y todavía pueden verse los impactos de los balazos en una locomotora, en las últimas horas de vida de los bandoleros estadounidenses Buch Cassidy y Sundance Kid.

Pulacayo era sinónimo de política en Bolivia. Ya poco de eso hay. Sin embargo en Uyuni y en todo el camino de regreso a Potosi veo abundante propaganda electoral de Evo Morales. La proporción con la de Tuto Quiroga es de 10-1. Son vallas, paredes estuqueadas y pintadas. Lo mismo vería más después en otros caminos del sur del país. El triunfo fue un trabajo de hormiga y de mucho dinero. ¿De dónde salió? Esa es la pregunta de las 64.000 lochas, dirian en Venezuela.

(Mañana: Sucre la señorial)





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