BoliviA: Debate en El Bunker

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Debate en El Bunker

Por Hernán Maldonado

El martes observé con interés un debate en El Bunker entre el ex canciller Ronald MacLean y el abogado y politólogo Germán “Chunca” Gutiérrez.

Uno de derecha y otro de izquierda, con una causa en común: Bolivia.

El debate, sustancioso, probó que por muy antagónicas que sean las posiciones políticas, el diálogo es posible y a esto es lo que se debe propender en el país.

Para nadie, aun escasamente informado, es un secreto de que en Bolivia el masismo cocalero castrochavista es el partido más estructurado y que virtualmente no hay oposición que se le enfrente.

Esto es tan verdad, que es la explicación a la vigencia indiscutible de los comités cívicos, pero que, lamentablemente, no pueden suplir a los partidos políticos.

MacLean planteó de entrada la necesidad de buscar un candidato único de la oposición con vistas a las elecciones presidenciales del 2025, sugiriendo la urgencia de organizar un fondo que el eventual candidato necesitará en su campaña.

Gutiérrez no desmereció la propuesta de MacLean, pero tajantemente dijo que la unidad en torno a una sola candidatura debía basarse, antes que en la escogencia de personas, en programas.

Pienso igual que él. A la ciudadanía inconforme con el desgobierno masista no se le vencerá (En otro artículo recordé lo ocurrido en Venezuela con la “división” del oficialismo para atornillar en el poder a Hugo Chavez) con solo elegir un líder.

Gutiérrez (a esta altura del debate ya MacLean había admitido la importancia de enamorar al electorado con un programa), subrayó, además, la tesis que ha planteado hace años desde su exilio el ex ministro Carlos Sánchez Berzaín: La actual lucha de nuestros pueblos no es entre izquierda o derecha, sino entre dictadura y democracia.

Subyacente en el debate estuvo una probable animosidad entre MacLean y Gutiérrez, producto de sus acciones cuando eran políticos activos, pero al final, al menos virtualmente, hubo un apretón de manos por una causa común: Bolivia.

Estos viejos políticos debatieron por temas actuales con admirable lucidez. Fue una lección para los actuales dirigentes opositores que se creen los inventores del hueco del buñuelo. ¡Ah! Y mucha dosis para los masistas, tan escasos de luces en todas las escalas del conocimiento básico de la política.