Nos creen caídos del catre
Por Hernán Maldonado
El régimen cocalero, a través de su vocero La Razón, nos anuncia que Luis Arce Catacora habló con su colega Gabriel Boric sobre el tema marítimo y el Silala ¿?
Sobre semejante titular de su portada, el gobierno de Santiago guardó “sonoro” silencio, porque a todas luces era una exageración.
Alguien se lo habrá hecho saber a la cancillería boliviana que es malo hablar falsedades, de manera que La Razón, corrigió para titular: Boric plantea a Arce retomar (las) relaciones diplomáticas y defiende la soberanía de su país.
Arce Catacora, según la primera versión de su diario, le dijo a Boric de la irrenunciable aspiración marítima boliviana. Probable que lo haya hecho, pero se infiere que la contestación de Boric fue que primero hay que restablecer los nexos entre ambos países. (Ayer se supo que lo único que le dijo fue que "no pongamos las carretas delante de los bueyes).
Eso de que Boric le dijo que “defiende la soberanía de su país”, fue un mensaje a García, muy claro, como si le hubiera recomendado a Arce leer el fallo de la Corte Internacional de Justicia (Aún antes de producirse ese fallo, Chile expresó que, si le era adverso, no lo cumpliría).
La política exterior de Chile no ha variado con los años ni con sus gobierno de toda ideología y los peor fue querer sentarlo como acusado en La Haya. Evo Morales y sus capangas, con no pocos “opositores” que se le sumaron, no midió el enorme riesgo y a todas luces, el fallo de la CIJ significa que Bolivia (puede seguir aspirando, como dice Arce) perdió definitivamente su salida al mar. (…Y no hay culpables…).
He revisado las portadas de varios diarios y no encuentro la foto que testifique que Boric y Arce sostuvieron una entrevista formal. Las fotos que circulan son las del saludo protocolar, inclusive una con un abrazo. Esto quiere decir que no hubo ningún planteamiento serio, de Arce y todo lo que le dijo a Boric,(si se lo dijo), fue como al pasar.
Así que los plumíferos oficialistas están escrubiendo novelas como si los bolivianos fuéramos unos tarados.