Bolivia. Los objetivos no logrados...

bomaher
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Bolivia. Los objetivos no logrados...

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Los objetivos no logrados

Por Hernán Maldonado (*)

Hace 29 años, el militarote Hugo Chávez Frías, que se había ocultado en el Museo Militar durante la intentona subersiva que encabezó, compareció en cadena nacional de radio y TV para anunciar a sus compatriotas su rendición incondicional, porque, “lamentablemente, los objetivos que nos trazamos no fueron cumplidos…”

De ser honestos con ellos mismos, sus discípulos masistas en Bolivia, especialmente el “jefazo cocalero”, tendrían que haber dicho lo mismo el lunes al terminar su “marcha” de 200 kilómetros que pasó, para la mayoría de los bolivianos, con más pena que gloria.

El inefable dirigente de la COB oficialista, Juan Carlos Huarachi, se ufanó de que la tal “marcha” reunió a casi 2 millones de personas, de las cuales un millón colmó la Plaza San Francisco. Fantasia pura y dura.

Según vistas áreas, la marcha en sus mejores momentos no reunió ni a 15.000 personas, muy lejos de las 500.000 que “reventarían” La Paz.

Miles de marchistas fueron empleados públicos obligados o voluntarios que, para parecer “indígenas”, se cambiaban las ropas al borde de la carretera, según fotos inocultables que circularon profusamente en las redes.

Por momentos había miles de vehículos detrás de la caravana o a un costado, que servían de “casas rodantes” para los jerarcas, mientras los corderitos arreados pernoctaban durante seis noches a la intemperie, satisfechos con recibir unas hamburguesas, refrescos enlatados o cervezas, para los más entusiastas.

La “epopeya”, por esas características, no fue noticia en los grandes medios nacionales, lo que provocó la rabieta del caudillo cocalero que los amenazó abiertamente, admitiendo que le estaban “colmando la paciencia”. ¡Claro! El objetivo principal era volver a ser gran noticia, protagonista, pero…

Miles de marchistas, funcionarios públicos, acudieron solo por horas a sumarse a la caravana wiphalera, entre ellas la propia hija del caudillo que se hizo sacar una foto (descansando) en su vagoneta último modelo (ni siquiera tuvo el cuidado de sacarle el plástico a los asientos) mostrando sus enormes pies, como si estuvieran ampollados por la “caminata”.

Lo peor fue que la llegada de la bulliciosa caravana no fue recibida en La Paz como esperaba el cacique cocalero. Fue inocultable la indiferencia de la mayoría ciudadana y hasta el vicepresidente David Choquehuanca fue “ninguneado” por la bronca.

Si, bronca, porque eso fueron los discursos. El cocalero amenazando con otra marcha a Sucre para que la justicia encarcele a todos los golpistas… Alentado por la bravata, el Huarachi de marras amenazó con llevar a sus vándalos a Santa Cruz para “nacionalizar” todas las industrias. (El infeliz ahora dice que lo “tergiversaron”…)

Cuando uno saca a su familia un domingo a pasear y comer en la calle, se gasta un buen dinero… Calculen cuánto le costó al Estado boliviano (o al narcotráfico) la enorme movilización de toda una semana, solo en comida, refrescos, cervezas y gasolina.

Si, si enorme, porque expertos calcularon la asistencia del lunes en San Francisco de unas 100.000 personas. Obtuvieron las cifras de simples cálculos aritméticos: Cuatro personas por metro cuadrado multiplicados por la extensión de la plaza.

Esa cantidad no fue moco de pavo, pero tampoco fueron los millones anunciados por el inefable Huarachi y ni siquiera los 500.000 de los que se ufanaba el zar del Chapare.

Seis toneladas de basura se recogieron, pero se quedó la bronca. De ahí el palazo a miles de trabajadores de Aasana, los atropellos en Tarija al gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho y la designación de una fiscal fanática masista, en reemplazo del anterior que no se prestó a las marramucias oficialistas.

¿Qué más nos espera? …Porque “lamentablemente, los objetivos que nos trazamos no fueron cumplidos…”

(*) Hernán Maldonado es periodista. Ex UPI, EFE, dpa, CNN, El Nuevo Herald. Por 43 años fue corresponsal de ABF de Bolivia.

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