Chavismo-oposición, otro diálogo más
Por Hernán Maldonado (*)
Representantes de un sector de la oposición venezolana y de la dictadura de Nicolás Maduro, iniciaron este fin de semana en México un diálogo encaminado a buscar una solución a la crisis política venezolana.
Permítanme expresarles mi escepticismo, porque yo lo que creo es que la dictadura de lo que trata es de marear la perdiz, es decir ganar tiempo para consolidarse en el poder, asi sea sobre montañas de cadáveres, víctimas de la pandemia o del hambre.
El único sector de la oposición que no asiste al diálogo es el encabezado por la valiente Maria Corina Machado, sigue aferrada a su tesis de que la dictadura más temprano que tarde acabará como otras de su estilo, aventada por el pueblo.
En República Dominicana y en Barbados, en 2018 y 2019, ya se realizaron diálogos semejantes (antes hubo muchos otros en Caracas) con la mediación de Noruega (otra vez presente en México) y hasta del Vaticano y nada de nada, porque simplemente el régimen incumple los acuerdos.
La dictadura chavista solo trata de ganar tiempo, para aferrarse al poder, como en Cuba, con la certeza de que la actual crisis de la pandemia y la económica se superarán de una u otra manera a mediano plazo.
No debe olvidarse que la justicia de Estados Unidos ofrece más de $100 millones por las cabezas de una veintena de los actuales mandamases venezolanos, empezando por Nicolás Maduro.
Tampoco debe olvidarse que la Corte Penal Internacional está por empezar una averiguación en base a los hallazgos de la ex fiscal Fatau Bensouda en el sentido de que la dictadura ha incurrido en delitos de lesa humanidad, según se supo esta semana.
Si de una u otra manera la cárcel espera a la cúpula chavista, ¿alguien cree que estos mafiosos soltarán el poder?, o que EE.UU. ¿echará por tierra los requerimientos de sus fiscales de Nueva York y la Florida?
¿Entonces por qué la oposición acude a un nuevo diálogo? Porque ante el anuncio de elecciones el 21 de noviembre buscan pedacitos de la torta. La dictadura, que controla todos los poderes, les hará ganar quizás una media docena de las 23 gobernaciones y medio centenar de las 335 alcaldías y eso será todo.
Pero ni siquiera eso les servirá, a no ser para satisfacer apetitos personales, porque el chavismo desde hace años superpone a los gobernadores opositores unos funcionarios nombrados por decreto, que son los que cortan el bacalao. Inclusive por encima de estos subergobernadores, están los jefes militares regionales. ¿Y entonces?
Lo único claro es la miopía de los actuales opositores venezolanos que al acudir a México, inclusive “renuncian” como su presidente a Juan Guaidó, a quien reconocen alrededor de 60 países. ¿O es que el presidente de un país puede asistir a una convocatoria hecha por alguien como Maduro, al que él propio Guaidó llama usurpador?
Disculpen el pesimismo.
(*) Hernán Maldonado es periodista, ex UPI, EFE, dpa, CNN, El Nuevo Herald, por 43 años fue corresponsal de ANF de Bolivia.