José Vicente Rangel. Un político canalla (QEPD)
Por Hernán Maldonado (*)
Lo conocí en los años 70. Nunca fui conocido suyo ni menos amigo, pero lo admiraba. Era diputado por el MEP (antes fue de URD, el partido del legendario Jóvito Villalba) y defendía con inusitada valentía a los presos políticos. Era el campeón de los Derechos Humanos en Venezuela. Veladamente, era también el portavoz en el parlamento de los guerrilleros castrocomunistas que dejaban las montañas, acogiéndose a la amnistía dictada por el gobierno del democristiano Rafael Caldera.
El Partido Comunista, que por casi una década estuvo en la guerrilla, tras la amnistía se dividió (años más tarde se produciría el mismo fenómeno con el eurocomunismo liderado por el español Santiago Carrillo) y así nació el Movimiento al Socialismo, dirigido por Pompeyo Marquez y Teodoro Petkoff (comunismo, si, pero a la venezolana, con sus próceres autóctonos, no con Lenín, Marx o Trotsky. No más lineamientos salidos de Moscú).
Pero como los recién saliditos de las montañas olían aún a pólvora, el MAS eligió como su candidato presidencial para los comicios de 1973 a José Vicente Rangel, su oficioso vocero en el parlamento y vigoroso defensor de los DD.HH.
El poderoso empresariado venezolano se le enfrentó y empapeló las ciudades con una gran foto de Rangel de civil, visto de espaldas, pero ocultando una ametralladora.
La consigna electoral del MAS era “inteligencia contra dinero” y atrajo su mensaje tantas simpatías, que el naciente partido se convirtió en la tercera fuerza electoral del país, detrás de la social democracia (AD) y la democracia cristiana (Copei).
Pero cinco años más tarde el MAS ya no quería postular a un “independiente”, sino a uno de sus filas, Teodoro Petkoff. Entonces Rangel, sin importarle la división, levantó tienda aparte y empezó la declinación de la gran fuerza que emergía con el MAS. Mucho más, cuando en el segundo régimen de Caldera, aceptó cogobernar.
Cuando el militarote Hugo Chávez Frias fue encarcelado por el intento de golpe de estado de febrero de 1992, Rangel apareció nuevamente en su papel de agudo defensor de los DD.HH. Cuando 7 años más tarde el caudillo ganó la presidencia, Rangel estaba en primera línea y hasta fue vicepresidente de Venezuela.
En función de gobierno, Rangel, mostró toda la inmundez de la naturaleza humana al callar ladinamente todos los atropellos, asesinatos, torturas, de los opositores al gobierno del militarote. Para él, en Venezuela no había presos políticos, sino “políticos presos”.
En diciembre del 2002, cuando el empresariado y los gremios petroleros declararon una huelga general y las calles de Caracas lucían absolutamente vacías, Rangel cínicamente declaraba en la TV: La hu elga de la derecha golpista es un completo fracaso. Las actividades se desarrollan normalmente…
Esa fue la tónica de su discurso hasta el final de sus días en defensa del régimen criminal chavista como conductor de un programa de entrevistas en el canal oficial. Hoy un paro cardiaco acabó con su sinuosa vida política, a los 91 años.
(Quizás ahora se develen muchos casos oscuros de estos últimos 21 años de chavismo, en los que se lo involucró, como el oscuro asesinato del fiscal Danilo Anderson, quien investigaba a los asesinos chavistas de Puente Llaguno, autores de la masacre de 19 opositores en abril del 2002)
(*) Hernán Maldonado es periodista. Ex UPI, EFE, dpa, CNN, El Nuevo Herald. Por 43 años fue corresponsal de ANF de Bolivia.