Carlos Valverde Bravo.

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Carlos Valverde Bravo.

Alabado, criticado, odiado, envidiado, Carlos Valverde Bravo, es todo eso pero, lo más importante, es que no puede ser ignorado.

Es escritor de libros (algunos muy vendidos), un acucioso periodista, agudo analista político, productor de monólogos, actor teatral, hincha y comentarista del fútbol...

Miles lo siguen en los medios digitales en sus programas mañaneros y nocturnos y a veces me pregunto: ¿Qué tal le iría si incursiona en la política?

Próximo a convertirse en septuagenario, no creo que le alcance, pero la pregunta queda en pie.

Valverde Bravo recibirá este lunes una enorme distinción. Nada menos que ser declarado por el municipio como Hijo Ilustre de Santa Cruz de la Sierra.

Desde mi atalaya, le mando un abrazo y lo felicito sinceramente.

Hace unos años, un colega periodista me había hablado de él en una de mis visitas a Bolivia. "Lo único que le objeto es que copia a un periodista argentino malhablado", me dijo. (Era un día en que me invitó a revisar en Internet una conferencia sobre las "malas palabras" del genial argrentino El Negro Fontanarrosa, en una cita de la Academia de la Lengua Española.)

Fue una invitación a seguirlo, porque a mi también se me sale el "francés" y lo empleo mucho.

El 2016 se "cubrió de gloria" develando los amorios del cacique cocalero con su joven barragana Gabriela Zapata y el supuesto hijo de ambos. El mismo después develó, honestamente, que el tal retoño nunca existió.

El escándalo fue tal, que ante las amenazas debió autoexiliarse por algunos meses en Argentina. Todo eso no fue sino fruto memorable el periodismo de investigación, del cual es uno de los más grandes exponentes en el "paisito de m...", como el llama a veces a Bolivia, en medio de las broncas que le provoca la politiqueria barata.

Hace pocos días nomás desató otra tormenta de críticas en los medios digitales cuando se autodefinió: "Mi patria es Santa Cruz, mi pais es Bolivia".

Por razones de tiempo mentiría si digo que sigo sus programas diariamente, pero hago lo posible porque me dan una idea global de la marcha del país.

"No sé hacer otra cosa", dijo al enterarse orgulloso el homenaje que le tributará el municipio cruceño este lunes.

Una enorme prueba de su autencidad en el otoño de su vida, como ejemplo ético para las nuevas generaciones de periodistas.

¡Bravo! Carlos Vaverde Bravo.