La “alianza” boliviano-iraní
Por Hernán Maldonado
El gobierno cocalero acaba de anunciar, con bombos y platillos, un acuerdo con Irán, la teocracia terrorista del Medio Oriente, y ratifica así que prefiere que Bolivia cultive amistades con Rusia, Bielorrusia, China, Corea del Norte y sus satélites alrededor del mundo.
Luis Arce Catacora y sus apandillados, como no se informan ni vía periódicos, seguramente no se enteraron que Irán es uno de los principales países con gobiernos tiránicos. ¿No saben que Irán viola flagrantemente los Derechos Humanos y que los ahorcamientos de disidentes es cosa de todos los días?
Obvio que ni cosquillas les hace que la joven Masha Amini fue apaleada hasta morir por no usar públicamente el velo islámico o que el futbolista de su selección nacional, Amir Nasr Azadan, fuera condenado a 28 años de prisión en enero pasado, por solidarizarse con las mujeres en sus protestas por el asesinato de Masha.
¡Claro! En la Bolivia de Luis Arce Catacora y Evo Morales, tampoco se respetan los DD.HH. Lo dicen todos lo días más de 200 encarcelados, como la expresidenta Jeanine Añez, el gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, el líder cívico Marcos Antonio Pumari, etc etc.
Ahora es todo un escándalo entre “opositores” al régimen cocalero la suscripción del acuerdo por el peligro que representa no solo para el país, sino para la región. Argentina ha reaccionado “airadamente”, (por razones de política interna) porque el régimen iraní fue acusado de la explosión en el edificio de la AMIA que causó 86 muertos, hace 29 años.
Pero la “novedad” actual, no es tal. Evo Morales permitió ya en su gobierno la intromisión iraní en Bolivia, tras haber recibido solemnemente el 2007 al presidente Mahmoud Ahmadinejad, quien le ofreció financiar una televisora con alcance nacional para apuntalar al régimen cocalero.
La televisora, Abya Yala, cuyos equipos fueron valorados en 3 millones de dólares todavía está en funcionamiento, tras breve declive en el gobierno de Añez. A su inauguración viajó a La Paz el ministro de defensa iraní, Ahmad Vahidi, el 2011, pero solo estuvo pocas horas, porque salió a luz de que era uno de los implicados en el atentado a la AMIA.
¿Solo esto? ¡NO! El laureado periodista de Univisión, Gerardo Reyes (Premios Pulitzer, Maria Moros Cabot, etc.) en un reportaje develó, creo que fue el 2011, que en El Alto funciona un hospital iraní, con personal de esa nacionalidad. Indicó que le fue prohibido el ingreso, pero que alcanzó a filmar a las mujeres empleadas con velo islámico.
¡Ah!, pero ahora es que algunos legisladores y políticos opositores se enteran de la presencia iraní en Bolivia… ¿No es patético?