“Si tenemos que matar, lo vamos a hacer…”

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“Si tenemos que matar, lo vamos a hacer…”

Por Hernán Maldonado

La legislación penal boliviana establece que las amenazas de muerte constituyen un delito.

El asambleísta tarijeño José Yucra, del MAS, hace una semana amenazó a los opositores a Luis Arce Catacora con matarlos si osan derrocar régimen.

El Fiscal General del Estado, Juan Lanchipa, ni ninguno de sus secuaces abrió la boca. ¡Ah!, pero eso sí, mantienen encarcelados desde hace meses a unos muchachos acusados de pintarrajear las paredes de la fiscalía en Sucre…

El régimen masista todos los días se esfuerza en demostrar su incapacidad, lenidad, cinismo, desparpajo, etc., pero, eso sí, aumenta en la misma proporción sus amenazas contra los que le apuntan sus estupideces.

Pese al descomunal esfuerzo por sembrar la idea de que su jefazo fue víctima de un golpe de estado, el régimen fracasa una y otra vez, interna e internacionalmente. Hasta el cansancio se ve en las redes sociales a Evo Morales anunciando en cadena nacional de radio y TV su renuncia. También se lo ve huyendo a México.

Como la pandemia y la crisis económica-social se esta llevando al régimen cocalero por los cachos, ahora empieza a amenazar a la prensa.

Iván Lima, ministro de Justicia, un verdadero tal-iván de la ley, sacó de contexto una declaraciones del papa Francisco para arrimar agua a su molino, pero al ser corregido, como todo resentido social, optó por borrar el mensaje y aparecer con su cara de “yo no fui”.

El Procurador, Wilfredo Chávez, ex abogado del caudillo cocalero, armó una tramoya para “demostrar” que no hubo fraude en los comicios del 2019, como certificó la OEA. La pantomima fue tan ridícula que el pueblo boliviano lo menos que le dijo que fue una payasada.

Furioso, el “doctor” la emprendió contra seis grandes medios bolivianos y en particular contra el caricaturista de Página Siete, Abecor. Sus acólitos (quien sabe si no será él mismo) amenazan estos días de muerte al periodista.

Las mismas amenazas ha recibido el comunicador Virginio Lema y la valiente periodista cochabambina Marianela Montenegro.

Pero la primera etapa de atacar a periodistas, siguiendo el modelo chino, ruso, cubano, venezolano y nicaragüense es acallarlos valiéndose de artilugios tecnológicos tan de moda en esos países.

En los últimos días programas periodísticos de alta audiencia han sufrido sabotajes cibernéticos, como los que encabezan Lema, Agustín Zambrana, Humberto Vacaflor, Montenegro.

El siguiente paso será acallarlos definitivamente e inventarles delitos a sus conductores y encarcelarlos, como lo han hecho con los muchachos de la Resistencia Juvenil Cochala.

Es hora de la solidaridad en el gremio. No esperemos que prosperen ideas como las que sembró el concejal Yucra en Tarija. En este sentido, hay que gritar a todo pulmón: ¡Bolivia no es México!