Venezuela: Las inocentes ovejitas
Publicado: Mar Oct 11, 2022 11:29 am
Venezuela: Las inocentes ovejitas
Por Hernán Maldonado
Hoy perderé decenas de seguidores en tweeter y alguno en Facebook porque a las mansas ovejitas les disgusta que les abra los ojos, pese a que van derechitas al desolladero. “Pesimista”, es lo más “amable” me endilgan.
Por supuesto que no soy el único en advertir los que se les viene a los candorosos venezolanos que creen que sacarán al dictador Nicolás Maduro y su corte de criminales mediante el voto. (En Cuba, después de 63 años, se dieron cuenta que no es posible y el pueblo salió a las calles).
Realmente da arrechera (mucha bronca, en venezolano) que su clase política “opositora” se burle de la ciudadanía. Hace 4 años que la Asamblea Nacional proclamó legalmente como presidente “legítimo” de Venezuela a Juan Guaido.
La inmensa mayoría de los venezolanos confiaba en que sería el encargado de recuperar la democracia al contar, no solo con ese fenomenal apoyo, sino con el reconocimiento de los gobiernos de 60 países.
Hasta yo me ilusioné, aunque tenía en cuenta que jamás un gobierno paralelo o en el exilio (el republicano español en México) tuvo éxito.
El “presidente” Guaidó nunca formó un gabinete y designó a allegados suyos como “embajadores” en varios países, administrando dineros de bienes venezolanos en el exterior que le fueron entregados pródigamente.
La decepción ciudadana fue brutal con el saldo hasta ahora de casi 7 millones de venezolanos emigrantes, un éxodo más cuantioso que el pueblo sirio, con más de una década de guerra civil.
Ahora la tirania chavista convoca a unas elecciones que de antemano sabe que las ganará holgadamente como ha sucedido en una media docena de veces anteriormente, porque como decía José Stalin, no importa quien vota, sin quién cuenta los votos…
La dirigencia “opositora”, que ha resultado ser funcional a la dictadura, se apresta entusiasta a acudir a las elecciones del 2024 y esta semana ya aprobó el esquema de las primarias para designar a su candidato.
Una estupidez mayúscula. Los precandidatos son muchos de los que han vegetado bajo el chavismo en los últimos 22 años. Hasta Guaidó, alias “el presidente”, está en campaña. Como un chiquilin montado ridículamente en una moto recorre localidades… (En Puerto Cabello lo recibieron con insultos).
Este precalentamiento electorero se da precisamente cuando la Comisión de Naciones Unidas reveló un informe que demuestra que en Venezuela el régimen madurista comete atroces crímenes y groseras violaciones a los DD.HH. con los presos políticos.
La enumeración de esos crímenes (ejecuciones extrajudiciales, crucifixiones, simulación de ahogamientos, asfixia con bolsas de plástico, violaciones con palos, etc, etc) horrorizan a los defensores de los DD.HH. alrededor del mundo.
Desde hace años la Justicia de Estados Unidos ha puesto precio a la cabeza de una veintena de altos capos (muchos por narcotráfico), empezando por Maduro, para ser juzgados por varios delitos.
O sea que la cúpula castrochavista tiene en su futuro la muerte o la cárcel, sin términos medios.
Entonces, excepto la “oposición” electorera, ¿alguien en su sano juicio cree que Maduro y su banda delincuencial perderán unas elecciones amañadas de antemano y entregarán el poder?
La pregunta que se impone: ¿Y entonces, qué hacer? Revisen su propia Historia, o la que escribieron los pueblos filipino (1986) y boliviano (2019).
Como decía el gran colega Oscar Yañez: ¡Se cansa uno!
Por Hernán Maldonado
Hoy perderé decenas de seguidores en tweeter y alguno en Facebook porque a las mansas ovejitas les disgusta que les abra los ojos, pese a que van derechitas al desolladero. “Pesimista”, es lo más “amable” me endilgan.
Por supuesto que no soy el único en advertir los que se les viene a los candorosos venezolanos que creen que sacarán al dictador Nicolás Maduro y su corte de criminales mediante el voto. (En Cuba, después de 63 años, se dieron cuenta que no es posible y el pueblo salió a las calles).
Realmente da arrechera (mucha bronca, en venezolano) que su clase política “opositora” se burle de la ciudadanía. Hace 4 años que la Asamblea Nacional proclamó legalmente como presidente “legítimo” de Venezuela a Juan Guaido.
La inmensa mayoría de los venezolanos confiaba en que sería el encargado de recuperar la democracia al contar, no solo con ese fenomenal apoyo, sino con el reconocimiento de los gobiernos de 60 países.
Hasta yo me ilusioné, aunque tenía en cuenta que jamás un gobierno paralelo o en el exilio (el republicano español en México) tuvo éxito.
El “presidente” Guaidó nunca formó un gabinete y designó a allegados suyos como “embajadores” en varios países, administrando dineros de bienes venezolanos en el exterior que le fueron entregados pródigamente.
La decepción ciudadana fue brutal con el saldo hasta ahora de casi 7 millones de venezolanos emigrantes, un éxodo más cuantioso que el pueblo sirio, con más de una década de guerra civil.
Ahora la tirania chavista convoca a unas elecciones que de antemano sabe que las ganará holgadamente como ha sucedido en una media docena de veces anteriormente, porque como decía José Stalin, no importa quien vota, sin quién cuenta los votos…
La dirigencia “opositora”, que ha resultado ser funcional a la dictadura, se apresta entusiasta a acudir a las elecciones del 2024 y esta semana ya aprobó el esquema de las primarias para designar a su candidato.
Una estupidez mayúscula. Los precandidatos son muchos de los que han vegetado bajo el chavismo en los últimos 22 años. Hasta Guaidó, alias “el presidente”, está en campaña. Como un chiquilin montado ridículamente en una moto recorre localidades… (En Puerto Cabello lo recibieron con insultos).
Este precalentamiento electorero se da precisamente cuando la Comisión de Naciones Unidas reveló un informe que demuestra que en Venezuela el régimen madurista comete atroces crímenes y groseras violaciones a los DD.HH. con los presos políticos.
La enumeración de esos crímenes (ejecuciones extrajudiciales, crucifixiones, simulación de ahogamientos, asfixia con bolsas de plástico, violaciones con palos, etc, etc) horrorizan a los defensores de los DD.HH. alrededor del mundo.
Desde hace años la Justicia de Estados Unidos ha puesto precio a la cabeza de una veintena de altos capos (muchos por narcotráfico), empezando por Maduro, para ser juzgados por varios delitos.
O sea que la cúpula castrochavista tiene en su futuro la muerte o la cárcel, sin términos medios.
Entonces, excepto la “oposición” electorera, ¿alguien en su sano juicio cree que Maduro y su banda delincuencial perderán unas elecciones amañadas de antemano y entregarán el poder?
La pregunta que se impone: ¿Y entonces, qué hacer? Revisen su propia Historia, o la que escribieron los pueblos filipino (1986) y boliviano (2019).
Como decía el gran colega Oscar Yañez: ¡Se cansa uno!