Venezuela: Madurismo vs chavismo
Publicado: Mié Ago 31, 2022 12:03 pm
Venezuela: Madurismo vs chavismo
Por Hernán Maldonado
¡Vengan todos pa`que lo vean! Los viejos venezolanos recordaran que este era el “grito de guerra” de Monsieur Lacavalieri en sus legendarias transmisiones deportivas.
Lo mismo habrá que exclamar ahora que parece haberse declarado una guerra abierta entre maduristas y chavistas, de pronóstico reservado, a menos que estemos ante otra farsa de los socialistas del Siglo XXI.
Recordemos que Rafael Ramírez, de oscuro funcionario de la estatal petrolera venezolana PDVSA, pasó a dirigirla por una chorrera de años por encargo de su jefe, Hugo Chávez Frías.
Fue poco después que el militarote, pito en mano, como si fuera árbitro de fútbol, expulsó públicamente a todo el estado mayor de PDVSA, que en experiencia sumaba unos 300.000 años.
PDVSA producía 3.5 millones diarios de petróleo y Venezuela era la cuarta exportadora mundial. Hoy produce menos de 700.000 barriles e importa crudo de Irán. Han cerrado o apenas producen sus gigantescas refinerías porque hasta la gasolina viene de Colombia.
¡Claro! Cientos de sus más capaces ingenieros petroleros emigraron para que Colombia y Canadá se convirtieran en productoras y no pocos se fueron al Medio Oriente para ayudar a la prosperidad de países que, como Qatar, se están dando el lujo de organizar un Mundial de Fútbol.
Ramírez es el culpable de haber acumulado una enorme fortuna como mandamás absoluto de PDVSA pero, peor aún, de haber destruido la gallina de los huevos de oro, gracias a su fidelidad perruna con el caudillo lenguaraz.
De 40.000 empleados y obreros, con Ramirez PDVSA aumentó su personal hasta 140.000. Con su vocesita atiplada pedía, al igual que su jefe, que se fueran de Venezuela los que no estaban con la “revolución chavista”. PDVSA es roja-rojita (color chavista), decía el infeliz.
Cuando Nicolás Maduro reemplazo al fallecido Chávez, Ramírez siguió en el cargo por poco tiempo más, aunque siguió siendo favorecido con otros altos cargos públicos. Cuando empezó a reivindicar políticas de su jefe fallecido, Maduro creyó que lo opacaría y disimuladamente lo alejó de la cúpula gubernamental, pero protegiéndolo.
El 2015 la oposición, mayoría en la Asamblea Legislativa, impulso un juicio por corrupción en su contra, acusándolo de malversación y enriquecimiento ilícito por miles de millones de dólares. El juicio no prosperó por instrucciones del régimen madurista.
El personaje mafioso se residenció en el exterior y silenciosa y paulatinamente fue alejándose del oficialismo, aunque siempre reivindicándose como devoto del legado chavista, frente al madurismo creciente.
Ante la proximidad de las elecciones presidenciales del 2024 Ramírez volvió a la palestra política insinuando que podría presentarse como candidato del chavismo auténtico, originario, (dinero no le falta) lo que ha alebrestado al oficialismo de manera extrema.
Esta semana el ministro madurista de petróleo, Tarel El Aissami, demandó a Ramírez por los mismos hechos que quiso enjuiciarlo el 2015 la oposición. Ramírez le contestó que aceptará el juicio porque le permitirá demostrar que PDVSA fue destruida por los hijos de Cilia Flores, esposa de Maduro.
¿Comienza la guerra entre chavistas y maduristas? ¡Ay Monsieur Lacavalieri!
Amanecerá y veremos.
Por Hernán Maldonado
¡Vengan todos pa`que lo vean! Los viejos venezolanos recordaran que este era el “grito de guerra” de Monsieur Lacavalieri en sus legendarias transmisiones deportivas.
Lo mismo habrá que exclamar ahora que parece haberse declarado una guerra abierta entre maduristas y chavistas, de pronóstico reservado, a menos que estemos ante otra farsa de los socialistas del Siglo XXI.
Recordemos que Rafael Ramírez, de oscuro funcionario de la estatal petrolera venezolana PDVSA, pasó a dirigirla por una chorrera de años por encargo de su jefe, Hugo Chávez Frías.
Fue poco después que el militarote, pito en mano, como si fuera árbitro de fútbol, expulsó públicamente a todo el estado mayor de PDVSA, que en experiencia sumaba unos 300.000 años.
PDVSA producía 3.5 millones diarios de petróleo y Venezuela era la cuarta exportadora mundial. Hoy produce menos de 700.000 barriles e importa crudo de Irán. Han cerrado o apenas producen sus gigantescas refinerías porque hasta la gasolina viene de Colombia.
¡Claro! Cientos de sus más capaces ingenieros petroleros emigraron para que Colombia y Canadá se convirtieran en productoras y no pocos se fueron al Medio Oriente para ayudar a la prosperidad de países que, como Qatar, se están dando el lujo de organizar un Mundial de Fútbol.
Ramírez es el culpable de haber acumulado una enorme fortuna como mandamás absoluto de PDVSA pero, peor aún, de haber destruido la gallina de los huevos de oro, gracias a su fidelidad perruna con el caudillo lenguaraz.
De 40.000 empleados y obreros, con Ramirez PDVSA aumentó su personal hasta 140.000. Con su vocesita atiplada pedía, al igual que su jefe, que se fueran de Venezuela los que no estaban con la “revolución chavista”. PDVSA es roja-rojita (color chavista), decía el infeliz.
Cuando Nicolás Maduro reemplazo al fallecido Chávez, Ramírez siguió en el cargo por poco tiempo más, aunque siguió siendo favorecido con otros altos cargos públicos. Cuando empezó a reivindicar políticas de su jefe fallecido, Maduro creyó que lo opacaría y disimuladamente lo alejó de la cúpula gubernamental, pero protegiéndolo.
El 2015 la oposición, mayoría en la Asamblea Legislativa, impulso un juicio por corrupción en su contra, acusándolo de malversación y enriquecimiento ilícito por miles de millones de dólares. El juicio no prosperó por instrucciones del régimen madurista.
El personaje mafioso se residenció en el exterior y silenciosa y paulatinamente fue alejándose del oficialismo, aunque siempre reivindicándose como devoto del legado chavista, frente al madurismo creciente.
Ante la proximidad de las elecciones presidenciales del 2024 Ramírez volvió a la palestra política insinuando que podría presentarse como candidato del chavismo auténtico, originario, (dinero no le falta) lo que ha alebrestado al oficialismo de manera extrema.
Esta semana el ministro madurista de petróleo, Tarel El Aissami, demandó a Ramírez por los mismos hechos que quiso enjuiciarlo el 2015 la oposición. Ramírez le contestó que aceptará el juicio porque le permitirá demostrar que PDVSA fue destruida por los hijos de Cilia Flores, esposa de Maduro.
¿Comienza la guerra entre chavistas y maduristas? ¡Ay Monsieur Lacavalieri!
Amanecerá y veremos.