Las dictaduras y sus gusanos
Publicado: Jue Ene 06, 2022 9:09 pm
Las dictaduras y sus “gusanos”
Por Hernán Maldonado
“El Chacal del Caribe” (así lo etiquetó el presidente venezolano Rómulo Betancourt) desde la plaza de la Revolución despotricaba contra los “gusanos” de Miami y decenas de miles lo aclamaban al grito de ¡Fidel, Fidel, Fidel!
¿Si Fidel es comunista, a mi que me pongan en la lista”, gritaban los infelices.
Mas temprano que tarde, miles de esos cubanos entendieron la desgracia en que había caído su país en manos del castrismo, y pasaron a engrosar las filas de la “gusanera, lacaya del imperialismo norteamericano”.
Se calcula que en total más de 2 millones de cubanos dejaron su país y paradójicamente centenares de miles de esos fugitivos hoy son los que sostienen económicamente la tiranía con sus remesas.
Pero no solamente son las multimillonarias remesas, sino que miles de los que emigraron legalmente a través del otorgamiento de 20.000 visas anuales, vuelven en vuelos charter todos los días a Cuba llevando alimentos, vituallas, medicinas…
El modelo castrocomunista es copiado al pie de la letra por la dictadura chavista en Venezuela. Desde hace 5 años, un total de 6 millones de venezolanos se han marchado para no seguir siendo testigos de la destrucción de su país.
“Al que no le guste vivir en revolución puede irse”, invitaba el militarote Hugo Chávez Frías y hace lo mismo su sucesor, el impresentable Nicolás Maduro.
¿Cómo puede vivir un jubilado venezolanos con 3 dólares mensuales de sueldo, o un profesor universitario con $10? Obvio que no. Son los dólares de los emigrados que “resuelven” las penurias con sus remesas a sus padres, esposas, hijos, abuelos que dejaron atrás.
Las remesas que en global suman millones de dólares sirven para que los que se quedaron no se mueran de hambre y, de alguna manera, sirven también para desanimar cualquier protesta pública.
Por esto es que las tiranias castro-chavistas alientan el éxodo. Son menos bocas que alimentar, menos enfermos que atender, muy baja desocupación, mientras la cúpula corrupta se enriquece con lo que queda del erario nacional.
En Bolivia también ya hemos escuchando a algún facineroso invitando a salir del país a los que no están de acuerdo con el régimen cocalero.
El año pasado Bolivia recibió casi 1.000 millones de dólares por concepto de remesas y obvio que los actuales mandamases quisieran que esas cifras se tripliquen, por lo menos, ahora que el fantasma de una pavorosa crisis económica toca sus puertas.
Por Hernán Maldonado
“El Chacal del Caribe” (así lo etiquetó el presidente venezolano Rómulo Betancourt) desde la plaza de la Revolución despotricaba contra los “gusanos” de Miami y decenas de miles lo aclamaban al grito de ¡Fidel, Fidel, Fidel!
¿Si Fidel es comunista, a mi que me pongan en la lista”, gritaban los infelices.
Mas temprano que tarde, miles de esos cubanos entendieron la desgracia en que había caído su país en manos del castrismo, y pasaron a engrosar las filas de la “gusanera, lacaya del imperialismo norteamericano”.
Se calcula que en total más de 2 millones de cubanos dejaron su país y paradójicamente centenares de miles de esos fugitivos hoy son los que sostienen económicamente la tiranía con sus remesas.
Pero no solamente son las multimillonarias remesas, sino que miles de los que emigraron legalmente a través del otorgamiento de 20.000 visas anuales, vuelven en vuelos charter todos los días a Cuba llevando alimentos, vituallas, medicinas…
El modelo castrocomunista es copiado al pie de la letra por la dictadura chavista en Venezuela. Desde hace 5 años, un total de 6 millones de venezolanos se han marchado para no seguir siendo testigos de la destrucción de su país.
“Al que no le guste vivir en revolución puede irse”, invitaba el militarote Hugo Chávez Frías y hace lo mismo su sucesor, el impresentable Nicolás Maduro.
¿Cómo puede vivir un jubilado venezolanos con 3 dólares mensuales de sueldo, o un profesor universitario con $10? Obvio que no. Son los dólares de los emigrados que “resuelven” las penurias con sus remesas a sus padres, esposas, hijos, abuelos que dejaron atrás.
Las remesas que en global suman millones de dólares sirven para que los que se quedaron no se mueran de hambre y, de alguna manera, sirven también para desanimar cualquier protesta pública.
Por esto es que las tiranias castro-chavistas alientan el éxodo. Son menos bocas que alimentar, menos enfermos que atender, muy baja desocupación, mientras la cúpula corrupta se enriquece con lo que queda del erario nacional.
En Bolivia también ya hemos escuchando a algún facineroso invitando a salir del país a los que no están de acuerdo con el régimen cocalero.
El año pasado Bolivia recibió casi 1.000 millones de dólares por concepto de remesas y obvio que los actuales mandamases quisieran que esas cifras se tripliquen, por lo menos, ahora que el fantasma de una pavorosa crisis económica toca sus puertas.