¡Feliz 5 de Julio! La Venezuela inolvidable
Publicado: Lun Jul 05, 2021 9:44 am
¡Feliz 5 de Julio! La Venezuela inolvidable
Por Hernán Maldonado
La primera impresión que tuve allí a fines de los años 60 es que en Venezuela nadie se moría de hambre. Un mendigo en la calle que recolectaba 0.25 centavos de bolívar, de 8 caritativos, tenía para comprarse una buena arepa rellena de carne y un cuartico de leche.
Y pensaba que los pobres no eran tales. Un mediodía en casa de mi hermana sonó el timbre. Pregunté: ¿Quién es? La respuesta inmediata: “Soy gente de paz”. Mi hermana desde adentro me dijo: Si es un pobre que espere un poco, le prepararé un plato de comida. El hombre escuchó y me dijo, sin arrogancia, pero con firmeza. “No busco comida. Quiero dinero”… Se fue sin el chivo y el mecate (simpático dicho venezolano).
Y también me encantaba que los niños nunca saludaban a sus padres con un buenos días, buenas tardes, a buenas noches, sino con un ruego especial: “Bendición papá, bendición mamá”. Y la respuesta automática: “Dios te bendiga, mi hijo, mi hija”. Y esto lo hacían los hijos hasta de adultos.
Pero como periodista de la Agencia EFE, primero, y de UPI, después, lo que me asombraba era la facilidad de acceder a los más altos funcionarios de gobierno, algo que no había experimentado en otras partes. Una información clave desde Venezuela era todo lo relacionado con el petróleo y el ministro Hugo Pérez la Salvia nos dio su teléfono directo. Venezuela era el tercer país exportador en el mundo.
En otra nota les conté lo accesibles para los periodistas que eran el presidente Rafael Caldera y su canciller Arístides Calvani.
Recuerdo también otra ocasión en que un comando del grupo guerrillero Punto Cero fue emboscado en el barrio El Paraíso y muertos sus integrantes. Las informaciones eran confusas y se me ocurrió llamar a Remberto Uzcátegui Bruzual, máximo jefe de la DISIP, la policía política. Para mi enorme sorpresa atendió mi llamada y me dió algunos detalles porque las investigaciones estaban en curso.
Caldera y Luis Herrera Campins vivían en unas residencias en la urbanización de Los Chorros y cuando dejaron de ser presidentes volvieron a vivir en esas casas hasta sus muertes.
Otro alto funcionario de fácil acceso era Nectario Andrade Labarca, ministro del Interior, en una epoca en que la DISIP combatía aún a remanentes de la guerrilla castrista. Andada virtualmente sin escoltas. (En otra ocasión ya les mostré la foto en la que lo entrevisto a la salida de la Basílica de La Chinita, en Maracaibo).
En un viaje que hicimos los corresponsales a los campos petroleros, al finalizar la jornada uno de los ingenieros jefe nos invitó a una copa en su casa. Se puso cómodo y en pantuflas él mismo nos sirvió whisky con Coca Cola, costumbre muy venezolana. Este hombre sencillo, que hablaba el inglés a la perfección y sabia algo de árabe, se ganaba un sueldo mensual de 100.000 dólares…
Me parecía irreal, pero poco después supe que Joselo Diaz, hermano de Simón (autor de bellas cancines llaneras como Caballo Viejo), ganaba casi lo mismo en un canal de televisión. Era corriente verlos en los Hermanos Rivera, en la Andrés Bello, comiendo pollo al espiedo con las manos y saludando a diestra y siniestra: “¡Epa vale! ¿cómo anda la vaina? (Equivalente a: Hola amigo. ¿Cómo estás?).
¿Se acuerdan de la canción de Piero, Caminando por Caracas?
Cuando en el gobierno de Carlos Andrés Pérez el precio del petróleo se cuadruplico a un promedio de 23 dólares el barril y Venezuela empezó a recibir cuantiosos recursos, la corrupción se disparó. Ya nada fue igual. Imaginen lo que fue durante el gobierno del sátrapa Hugo Chávez cuando el barril de petróleo llegó a costar casi $150… Se calcula que los pillos chavistas se han embolsillados hasta $400.000 millones.
Felizmente esta otra Venezuela ya no la vi. Chávez con su socialismo compró lealtades, convirtió a su país en colonia cubana y dijo que era el presidente de los pobres (como promete hoy cierto candidato peruano) pero lo que hizo fue convertir a los pobres en mendigos, como lo vemos hoy. Un país destruido por el socialismo, sin comida, medicinas, agua potable, electricidad, sin gas doméstico, gasolina, etc. etc. Ya son seis millones de emigrados. ¿Cómo desearte Venezuela: Feliz 5 de Julio?
Por Hernán Maldonado
La primera impresión que tuve allí a fines de los años 60 es que en Venezuela nadie se moría de hambre. Un mendigo en la calle que recolectaba 0.25 centavos de bolívar, de 8 caritativos, tenía para comprarse una buena arepa rellena de carne y un cuartico de leche.
Y pensaba que los pobres no eran tales. Un mediodía en casa de mi hermana sonó el timbre. Pregunté: ¿Quién es? La respuesta inmediata: “Soy gente de paz”. Mi hermana desde adentro me dijo: Si es un pobre que espere un poco, le prepararé un plato de comida. El hombre escuchó y me dijo, sin arrogancia, pero con firmeza. “No busco comida. Quiero dinero”… Se fue sin el chivo y el mecate (simpático dicho venezolano).
Y también me encantaba que los niños nunca saludaban a sus padres con un buenos días, buenas tardes, a buenas noches, sino con un ruego especial: “Bendición papá, bendición mamá”. Y la respuesta automática: “Dios te bendiga, mi hijo, mi hija”. Y esto lo hacían los hijos hasta de adultos.
Pero como periodista de la Agencia EFE, primero, y de UPI, después, lo que me asombraba era la facilidad de acceder a los más altos funcionarios de gobierno, algo que no había experimentado en otras partes. Una información clave desde Venezuela era todo lo relacionado con el petróleo y el ministro Hugo Pérez la Salvia nos dio su teléfono directo. Venezuela era el tercer país exportador en el mundo.
En otra nota les conté lo accesibles para los periodistas que eran el presidente Rafael Caldera y su canciller Arístides Calvani.
Recuerdo también otra ocasión en que un comando del grupo guerrillero Punto Cero fue emboscado en el barrio El Paraíso y muertos sus integrantes. Las informaciones eran confusas y se me ocurrió llamar a Remberto Uzcátegui Bruzual, máximo jefe de la DISIP, la policía política. Para mi enorme sorpresa atendió mi llamada y me dió algunos detalles porque las investigaciones estaban en curso.
Caldera y Luis Herrera Campins vivían en unas residencias en la urbanización de Los Chorros y cuando dejaron de ser presidentes volvieron a vivir en esas casas hasta sus muertes.
Otro alto funcionario de fácil acceso era Nectario Andrade Labarca, ministro del Interior, en una epoca en que la DISIP combatía aún a remanentes de la guerrilla castrista. Andada virtualmente sin escoltas. (En otra ocasión ya les mostré la foto en la que lo entrevisto a la salida de la Basílica de La Chinita, en Maracaibo).
En un viaje que hicimos los corresponsales a los campos petroleros, al finalizar la jornada uno de los ingenieros jefe nos invitó a una copa en su casa. Se puso cómodo y en pantuflas él mismo nos sirvió whisky con Coca Cola, costumbre muy venezolana. Este hombre sencillo, que hablaba el inglés a la perfección y sabia algo de árabe, se ganaba un sueldo mensual de 100.000 dólares…
Me parecía irreal, pero poco después supe que Joselo Diaz, hermano de Simón (autor de bellas cancines llaneras como Caballo Viejo), ganaba casi lo mismo en un canal de televisión. Era corriente verlos en los Hermanos Rivera, en la Andrés Bello, comiendo pollo al espiedo con las manos y saludando a diestra y siniestra: “¡Epa vale! ¿cómo anda la vaina? (Equivalente a: Hola amigo. ¿Cómo estás?).
¿Se acuerdan de la canción de Piero, Caminando por Caracas?
Cuando en el gobierno de Carlos Andrés Pérez el precio del petróleo se cuadruplico a un promedio de 23 dólares el barril y Venezuela empezó a recibir cuantiosos recursos, la corrupción se disparó. Ya nada fue igual. Imaginen lo que fue durante el gobierno del sátrapa Hugo Chávez cuando el barril de petróleo llegó a costar casi $150… Se calcula que los pillos chavistas se han embolsillados hasta $400.000 millones.
Felizmente esta otra Venezuela ya no la vi. Chávez con su socialismo compró lealtades, convirtió a su país en colonia cubana y dijo que era el presidente de los pobres (como promete hoy cierto candidato peruano) pero lo que hizo fue convertir a los pobres en mendigos, como lo vemos hoy. Un país destruido por el socialismo, sin comida, medicinas, agua potable, electricidad, sin gas doméstico, gasolina, etc. etc. Ya son seis millones de emigrados. ¿Cómo desearte Venezuela: Feliz 5 de Julio?