La condena moral a Evo Morales

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La condena moral a Evo

Por Hernán Maldonado (*)

En el Derecho Penal existe una figura muy utilizada para condenar a un delincuente sospechoso de graves delitos. Se trata de las “pruebas circunstanciales”. Lo acepta la mayoría de las legislaciones. En Estados Unidos no existen porque para condenar a alguien se necesitan pruebas concluyentes, categóricas, indubitables. (Aparte, claro está, de que rige el sistema de jurados).

Ejemplo claro: Un sujeto proclama abiertamente su enemistad con otro. Amenaza reiteradamente que cualquier día lo va a matar. Ese hombre aparece muerto a golpes. El cadáver estaba enterrado en el patio del homicida, etc. No hay testigos. El individuo es condenado por las “pruebas circunstanciales”.

Pero mucho antes, el homicida ha recibido la condena moral, desde que era público y notorio el odio que expresaba contra la víctima y de las amenazas reiteradas de que lo mataría. Todos estos hechos fueron divulgados por los medios. La sociedad emitió su veredicto.

Esto ocurrió a principios de año con el famoso productor cinematográfico Harvey Weinstein, ganador inclusive de un Oscar. El juez lo sentenció a 23 años de cárcel por acoso, abuso sexual y violación. Fue enjuiciado por mujeres que dijeron ser sus víctimas, la mayoría de ellas jovencitas deseosas de incursionar en el cine.

“Sabíamos que no se escaparía”, dice alborozada una joven con rasgos asiáticos, que estuvo entre las demandantes, en el especial de Discovery Chanel que se emitió la noche de este miércoles 9 de septiembre en EE.UU.

Otro es el caso de Jeffrey Epstein, el multimillonario pedófilo, pederasta, traficante de menores con fines sexuales, quien el 10 de agosto de 2019, se suicidó sospechosamente en una cárcel cuando esperaba juicio.

Estos dos casos recientes fueron revelados por la prensa, con tan abundantes “pruebas circunstanciales” que fueron condenados por la sociedad, mucho antes de que lo hiciera el poder judicial.

Esa condena moral tuvo tanto impacto que muchos de los sospechosos de haberse prestado a los “favores” de Epstein quedaron como parias, alejados de las páginas sociales, como el caso de un miembro de la corona británica.

En el caso de Evo Morales, las pruebas circunstanciales son enormes y se han hecho públicas recordando dichos y hechos del personaje, así como decenas de fotografías y vídeos de sus andanzas con menores de edad. Solo falta que el Poder Judicial (esperemos) diga su palabra, pero ya la opinión pública lo ha condenado.

¿Opera siempre la sanción moral? Casi siempre, pero hay excepciones. Por ejemplo la actual vicepresidenta argentina Cristina Kirchner, fue acusada de múltiples delitos, hay pruebas circunstanciales enormes (su gigantesca riqueza de dudoso origen; las compras de joyas por decenas de miles de dólares en sus viajes al exterior). Se le acusa de haber encubierto la investigación del asesinato masivo en la AMIA. Hay sospechas de que tuvo que ver con la muerte del fiscal Alberto Nisman que la investigaba, etc. etc. pero pese a todo ello…, CK otra vez fue elegida en el alto cargo que ostenta actualmente en su país. En fin…

(*) Hernán Maldonado es periodista. Ex UPI, EFE, dpa, CNE, El Nuevo Herald. Por 43 años fue corresponsal de ANF de Bolivia.