El periodismo "moderno"
Publicado: Vie Jun 25, 2021 4:55 pm
El periodismo “moderno”
Por Hernán Maldonado
No sé si están fallando las escuelas de comunicación social, pero tengo la impresión de que el periodismo está devaluándose.
Un gran amigo y colega de muchos años, acucioso investigador, me dijo que “el problema” radica en que las escuelas de comunicación social, por lo menos en Bolivia, “están pariendo relacionadores públicos y no periodistas”.
Obvio que las dos especialidades tienen bases comunes (como los médicos y dentistas que primero estudian anatomía humana), pero su práctica es completamente distinta, aunque se llamen periodistas, así como médicos y dentistas también se llaman doctores.
El problema está, según veo, en que ejercen el periodismo muchos que podrían ser buenos relacionadores públicos. Los resultados, en estos tiempos, son desastrosos, aún en Estados Unidos.
¿A qué viene todo esto? A que hoy dediqué algunos minutos de mi tiempo a seguir las informaciones sobre el derrumbe de un edificio de apartamentos en Miami, que habría ocasionado la muerte de más de un centenar de personas. Aún se remueven los escombros desde ayer, ladrillo a ladrillo.
Los periodistas de las televisoras hispanas parecían estar transmitiendo un mal partido de fútbol. En ningún momento se observa serenidad, templanza, profesionalismo para transmitir el seguimiento de las tristes noticias.
Una reportera de la cadena Univisión parecía ufanarse de haber entrevistado a una señora que al llegar al lugar y ver los escombros súbitamente se desmayó, presumiendo el fatal destino de una allegada suya.
Me dio la impresión de que si en cualquier momento los rescatistas descubrían alguna víctima fatal, la joven reportera iba a dar la noticia a gritos…
En el lado gringo, los reporteros muestran más recato y dan las informaciones disponibles, sin estridencias.
En mis tiempos en la United Press International tenía un jefe de informaciones, Paul Varian, que siempre nos recordaba: A los soldados histéricos en el campo de batalla, se los fusila, a los periodistas histéricos se los bota de una sala de redacción…
¿Esto es nuevo entre los periodistas hispanos en EE.UU.? No. En 1994 fue asesinado en Tijuana el candidato presidencial mexicano, Luis Donaldo Colosio. El presentador estrella de Univisión, apareció para dar la infausta noticia. Temblaba de nervios. Se la atropellaban las palabras. Parecía que le habían asesinado a un familiar suyo.
La comparación era inevitable. En 1986, cuando explotó el transbordador Challenger, Dan Rather, presentador de la cadena CBS, apareció ante las cámaras con una serenidad, aplomo y profesionalismo geniales que invitaban a millones de compungidos estadounidenses a la calma, a guardar luto por las víctimas en el fondo de sus corazones.
Ninguna autoridad dispuso u ordenó nada. Por propia iniciativa los estadounidenses izaron a media asta sus banderas y millones de conductores, a pesar de que era aún de día, en señal de duelo, encendieron las luces de sus vehículos en autopistas y carreteras.
Fue el día en que en vivo y en directo se vio la importancia de comunicar una noticia trascendental.
Por Hernán Maldonado
No sé si están fallando las escuelas de comunicación social, pero tengo la impresión de que el periodismo está devaluándose.
Un gran amigo y colega de muchos años, acucioso investigador, me dijo que “el problema” radica en que las escuelas de comunicación social, por lo menos en Bolivia, “están pariendo relacionadores públicos y no periodistas”.
Obvio que las dos especialidades tienen bases comunes (como los médicos y dentistas que primero estudian anatomía humana), pero su práctica es completamente distinta, aunque se llamen periodistas, así como médicos y dentistas también se llaman doctores.
El problema está, según veo, en que ejercen el periodismo muchos que podrían ser buenos relacionadores públicos. Los resultados, en estos tiempos, son desastrosos, aún en Estados Unidos.
¿A qué viene todo esto? A que hoy dediqué algunos minutos de mi tiempo a seguir las informaciones sobre el derrumbe de un edificio de apartamentos en Miami, que habría ocasionado la muerte de más de un centenar de personas. Aún se remueven los escombros desde ayer, ladrillo a ladrillo.
Los periodistas de las televisoras hispanas parecían estar transmitiendo un mal partido de fútbol. En ningún momento se observa serenidad, templanza, profesionalismo para transmitir el seguimiento de las tristes noticias.
Una reportera de la cadena Univisión parecía ufanarse de haber entrevistado a una señora que al llegar al lugar y ver los escombros súbitamente se desmayó, presumiendo el fatal destino de una allegada suya.
Me dio la impresión de que si en cualquier momento los rescatistas descubrían alguna víctima fatal, la joven reportera iba a dar la noticia a gritos…
En el lado gringo, los reporteros muestran más recato y dan las informaciones disponibles, sin estridencias.
En mis tiempos en la United Press International tenía un jefe de informaciones, Paul Varian, que siempre nos recordaba: A los soldados histéricos en el campo de batalla, se los fusila, a los periodistas histéricos se los bota de una sala de redacción…
¿Esto es nuevo entre los periodistas hispanos en EE.UU.? No. En 1994 fue asesinado en Tijuana el candidato presidencial mexicano, Luis Donaldo Colosio. El presentador estrella de Univisión, apareció para dar la infausta noticia. Temblaba de nervios. Se la atropellaban las palabras. Parecía que le habían asesinado a un familiar suyo.
La comparación era inevitable. En 1986, cuando explotó el transbordador Challenger, Dan Rather, presentador de la cadena CBS, apareció ante las cámaras con una serenidad, aplomo y profesionalismo geniales que invitaban a millones de compungidos estadounidenses a la calma, a guardar luto por las víctimas en el fondo de sus corazones.
Ninguna autoridad dispuso u ordenó nada. Por propia iniciativa los estadounidenses izaron a media asta sus banderas y millones de conductores, a pesar de que era aún de día, en señal de duelo, encendieron las luces de sus vehículos en autopistas y carreteras.
Fue el día en que en vivo y en directo se vio la importancia de comunicar una noticia trascendental.