Bolivia: ¿Volvemos al “fútbol marrón”?

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Bolivia: ¿Volvemos al “fútbol marrón”?

Por Hernán Maldonado

La noticia, revelada por El Deber, el 30 de abril, llegó a difundirse en medios internacionales como ESPN y NTN24. El jugador colombiano Kevin Nieto, de Fancesa es, además de futbolista, “recogedor de basura” en Bolivia.

No es ninguna novedad que los clubs arrastran desde hace muchísimos años graves dificultades económicas, por diversas razones, que ahora se han agudizado por la pandemia que ha hecho cerrar estadios desde hace un año.

Muchos clubs, algunos de enorme tradición, como San José de Oruro, estuvieron y están aún al borde de la desaparición. En la mayoría, los egresos siempre han sido menos que los ingresos.

Por mucho tiempo los clubes han subsistido por la presencia de verdaderos “quijotes” entre sus dirigentes, como Mario Mercado, en Bolívar o Rafael Mendoza, en The Strongest.

En los últimos años, los derechos por la televisación o los pagos por participar en las Copas Libertadores o Sudamericana han servido de algo a las finanzas de los clubes que llegan a esas instancias.

Pero muchos otros clubs no han tenido mucha fortuna. En los años 50 el “quijote” de Northern era el cirujano alemán Kurt Koegnifest. Un día, agobiado por las dificultades económicas, no de su profesión, sino como presidente del club, se suicidó junto con su esposa.

Después aparecieron los clubs respaldados por empresas publicas, como Municipal, dependiente de la Alcaldia paceña, 31 de Octubre, de la COMIBOL, Mariscal Braun, de las FF.AA. Universitario, de la UMSA, etc. que creo ya ni existen.

En esos tiempos se catalogaba de “profesionalismo marrón” al fútbol boliviano, porque la mayoría de los jugadores no vivían de sus sueldos de futbolistas, sino que tenían trabajos principales.

Recuerdo a Wilfredo Camacho y Alberto Torres, que trabajaban en la Alcaldia, Max Ramirez, en el Banco de la Nación Argentina, Juan Guillermo Santos, en el Banco Mercantil. Ausberto Garcia, Renán López, Alfredo Soria, eran empleados del LAB. Una buena parte eran profesores de Educación Física, como “Chapi” Espinoza, José Toro, etc.

Por esa razón, los equipos se entrenaban desde las 6 de la mañana a 8.30, principalmente en la cancha de tierra del Obrero.

Y, paradójicamente, muchos de esos jugadores que nombro fueron los que le dieron en 1963 el único título internacional de fútbol a Bolivia, la Copa América.

Desde los años 70 los clubs están integrados por jugadores profesionales. Muchos de ellos ganando muy por encima de un salario bien remunerado en otras áreas del trabajo humano. Y es por eso que debe exigírseles más y si no rinden, si no se convierten en ganadores, simplemente hay que desprenderse de ellos, como empleados que son de un club.

Quizás por lo que vive Nieto es que se piensa que volvimos al profesionalismo marrón, es decir que el futbolista debe conseguirse medios adicionales de subsistencia.

¡Claro!, en estos casos, no importaría mucho que nos sigan goleando en el extranjero y que en 60 años de vigencia ningún equipo nuestro haya podido clasificar ni a una semifinal de la Copa Libertadores de América. ¿No es cierto?
Abril 2021