El presidente descorbatado
Por Hernán Maldonado (*)
Luis Arce Catacora, aunque en la mayor parte de su vida adulta la usó, resolvió dejar la corbata en su closet.
¿Por qué?
Como quienes lo encumbraron en el poder se autotitulan indígenas originarios, una respuesta sería que se quiere parecer a ellos, porque la prenda no forma parte de la indumentaria de aymaras, quechuas, guaraníes, etc. etc.
Su “jefazo” Evo Morales, al que siempre lo vimos vestido como un obrero (que jamás lo ha sido) sorprendió a los bolivianos cuando el día de su posesión en la presidencia se presentó con una versión de supuesta vestimenta originaria.
Difícil saberlo, pero ese “traje”, de la inspiración de la famosa diseñadora boliviana Beatriz Canedo Patiño (internacionalmente reconocida por sus confecciones en telas de vicuña), no debió costar unos centavos y marcó tendencia. No pocos de los adlateres del caudillo cocalero se hicieron confeccionar ropas semejantes.
Excepto el pecho abierto y los vivos con características tiahuanacotas, la vestimenta es una copia de la que usan desde tiempos remotos habitantes de India y Pakistán, principalmente, (para los que se tragaron el cuento de la “originalidad”).
Por supuesto que eso estuvo mejor que la “chompita” con la que realizó su primera gira mundial, tras ser elegido, y que se hizo famosa porque en ella el caudillo cocalero se restregó las palmas de sus manos antes de saludar al rey de España, que lo recibió cortesmente, pese a los despropósitos del flamante presidente de cobrar venganza por los 500 años de coloniaje español.
Ahora, Arce Catacora, a quien la mayor parte de las veces lo hemos visto de traje y corbata, desde sus tiempos de estudiante, de oscuro funcionario del Banco Central y como burócrata principal del régimen de 14 años de su jefazo, apareció el día de su posesión descorbatado.
Lució también así el martes al acudir a Potosi, donde celebró el aniversario departamental con un discurso improvisado y desnortado. Despotricó contra los saqueadores de las riquezas de Bolivia. No se enteró que Potosi en 1810, estaba todavía a 15 años de formar parte de lo que es ahora Bolivia…
Pero si eso escapa a sus conocimientos, seguro que recordara los abusos que cometieron los energúmenos masistas que tras la posesión de Evo, hace 14 años, salieron a las calles de la zona sur en La Paz a arrancarles las corbatas a transeúntes que las llevaban, porque en su ignorancia creen que la prenda es un símbolo burgués…
Pero vayamos un poco más atrás. El “sin-corbatismo” fue una idea del presidente Mamerto Urriolagoitia en 1949. El atildado chuquisaqueño mandó a empapelar las paredes de las ciudades con una foto suya en la que se lo veía desafiante, en camisa, y con su corbata amarrándole los pantalones.
Fue su manera de advertirles a sus adversarios políticos que tenía los pantalones bien puestos para enfrentarlos sin dar ni pedir cuartel. Esos días había estallado la Guerra Civil promovida por el Movimiento Nacionalista Revolucionario…
(*) Hernán Maldonado es periodista. Ex UPI, EFE, dpa, CNN, El Nuevo Herald. Por 43 años fue correspondal de ANF de Bolivia.