Mario “Cucho” Vargas (QEPD)
Por Hernán Maldonado
Los periodistas generalmente llegan al éxito, si es que lo consiguen, con el paso de los años…
Mario “Cucho” Vargas lo logró apenas estrenadito en la profesión, al comienzo de sus 20 abriles.
Yo cursaba el primero de secundaria en el Colegio Nacional Ayacucho y el profesor de música, don Antonio Vargas, hijo del legendario Teófilo Vargas, dijo: Escuchen esta noche por radio el partido Bolivia vs Perú, va a relatar mi hijo Cucho.
En una entrevista reciente en el exitoso programa de Gustavo Cortez Calla (Gajes del oficio), Cucho Vargas relató que en sus años juveniles cultivaba la música clásica (fiel a la tradición familiar) y que por una casualidad se le invitó a que relatara un partido de futbol en la emisora en que la que cantaba.
Ese día empezó la leyenda, que llegó al plano internacional con ese partido en Lima. Era un torneo sudamericano especial, creo que con motivo del estreno del estadio. Perú, para el debut, se escogió al equipo más débil. La gran sorpresa fue el triunfo de Bolivia 1-0. Victor Agustín Ugarte se vistió de gloria y también Cucho.
Después vino la disputa de la Copa La Paz del Chaco y Cucho era el más escuchado en toda Bolivia. Fue el precursor de las transmisiones desde el exterior. Su gran colaborador era Luis Lazarte Lazo.
Convertido en su colega, solo en contadas ocasiones alternamos. Yo pertenecía a la Corporación Deportiva Borelli y Cucho a “La Verdad desde la cancha”, con un equipo de notables periodistas.
Creo que su mayor éxito radial fue transmitir el Sudamericano del 63 (Así se llamaba la Copa América) con un gran equipo de casi 10 personas. Hoy el único sobreviviente es Grover Echeverria Pozo.
No cultivamos mucha amistad porque Cucho casi no participaba activamente en el Círculo de Periodistas Deportivos de Bolivia. Andaba siempre muy dedicado a su organización, que incursionó en los años 70 en la televisión y fue el fundador de la revista Enfoques, que marcó época en esos años.
Como relaté en mi libro (Tres grandes del periodismo boliviano) me reencontré con Cucho a través de Lorenzo Carri, quien no se cansaba de agradecerle por haberle abierto las puertas de Bolivia. Relaté también que tras unos 40 años, me encontré personalmente con Cucho en el velatorio de Lorenzo, hace 10 años.
Cucho fue admirado y también envidiado, pero eso lo normal en un periodista que sin mezquindad puso su talento en el engrandecimiento del periodismo radial, televisivo e impreso en nuestro país.
Descansa en paz, querido Cucho.
Enero 2024