Bolivia: Sana envidia

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Bolivia: Sana envidia

Por Hernán Maldonado

Es lo que siento cuando veo las enormes distancias cualitativas entre los líderes políticos de uno y otro lado del mundo.

En el caso nuestro y por ser un hecho cercano en el tiempo (no pasa ni un mes) es inevitable comparar a quienes dirigen los destinos de Argentina y Bolivia.

Primeramente, sabemos, sin duda alguna, que no hay punto de comparación entre un economista de la talla de Javier Milei y Luis Arce Catacora, al que su jefazo mismo lo menosprecia como "un simple cajero", pese a que fue su ministro de Economía durante 12 años...

Milei debate públicamente sus ideas. No le rehúye a ningún periodista o adversario político y es ducho para usar sus conocimientos pedagógicos para divulgar sus planes, como profesor universitario que fue. Arce Catacora, que se cataloga también como catedrático en la materia, no discute con nadie. Se encierra en su palacio y solo abre la boca para decir mentiras, disfrazado de indígena, como que Bolivia vive en "crecimiento económico".

Peor nos va con el vicepresidente David Choquehuanca, vulgar encantador de serpientes que no sabe ni dónde está parado. Propone comer papalisa en lugar de tomar viagra. Jura que las piedras tienen sexo y que el mate de coca debe reemplazar a la leche en el desayuno escolar, entre otras sandeces.

Su contraparte en Argentina es Victoria Villarruel, abogada, escritora, activista política, ex diputada, que habla fluidamente el inglés, conoce el francés y entiende chino, aunque no lo habla. Es un lujo escuchar sus argumentos porque maneja la lógica política con destreza.

En la cancilleria argentina está Diana Mondino, una economista graduada con medalla de oro académica en la Universidad de Córdoba, especializada en la universidad de Navarra, España, y en la Universidad de Yale, en Estados Unidos. Es fluente en inglés y habla también francés. En Bolivia su contraparte es... Una buena mujer.

En el ministerio de Seguridad esta Patricia Bullrich, una política, casi septuagenaria, graduada en Ciencias de la Educación, en la Universidad de Palermo. Desde su temprana juventud se dedicó a la política, formando filas en la Juventud Peronista. Ocupó ya ese cargo durante 4 años del gobierno de Mauricio Macri. Experiencia es lo que le sobra... Los bolivianos tenemos al "niño-ministro", como lo llama el periodista Carlos Valverde, que antes de llegar al cargo fue jefe de una banda de revoltosos masistas del Comando Sur, especializado en lanzar petardos y piedras a los policias, de los que ahora es jefe máximo...

El ministro de Economia argentino es Luis Caputo, graduado en Economía de la Universidad de Buenos Aires. Fue ministro de Mauricio Macri y trabajó en Nueva York y Londres para Deutsche Bank y J.P. Morgan como jefe de Mercados Emergentes y, posteriormente, a partir de 2008 se desempeñó como presidente del Deutsche Bank en Argentina. En Bolivia Marcelo Montenegro, también economista, brilla como embaucador callejero repitiendo lo que Arce Catacora le ordena: "La economia boliviana está en franco crecimiento" (¿Lo prueban las remesas que envían a Bolivia los expatriados?) y jura que "hay abundantes dólares en el mercado".

Manuel Adorni es el vocero de Javier Milei, en reemplazo de la impresentable demagoga kirchnerista Gabriela Cerruti. Adorni es graduado en economía, periodista de medios impresos, radiales y televisivos, profesor universitario. Se luce cada mañana en sus conferencias de prensa derrochando profesionalismo. En Bolivia caímos en manos del "saco-rojo", según Carlos Valverde. A propósito ¿recuerdan a quién llamaban el wila-saco en los años 50?
Esito nomás, por hoy.