Claudio San Román, ¿héroe o villano?

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Claudio San Román, ¿héroe o villano?

Por Hernán Maldonado

El nombre del coronel Claudio San Román fue citado en los últimos días en Bolivia. El periodista Carlos Valverde Bravo nos relató cómo su padre, exiliado en Asunción, Paraguay, le aplicó un puñetazo al que por muchos años fue el todopoderoso jefe del Control Politico, del MNR.

En las páginas de opinión de El Diario, Raúl Alberto Quispe Catacora, nos retrotrajo hace una semana a los terribles tiempos del Control Político, citando párrafos del libro de Fernando Loayza Beltrán: “Campos de concentración en Bolivia”.

En mi libro: “Tres grandes del periodismo boliviano”, en el capítulo: “Una amistad a toda prueba”, les relaté cómo caí en el Control Político tras los sucesos del 19 de abril de 1959 y cómo volvi a salir vivo del tenebroso edificio de la calle Potosi y Yanacocha.

Tanto Valverde Bravo como Quispe Catacora volvieron a referirse a San Román, en comentarios relacionados con la impiedad con la que el gobierno cocalero trata hoy a sus presos políticos, empezando por la ex presidente Jeanine Añez Chávez.

Sin ninguna duda, porque fuí testigo directo e indirecto, debo decir que los presos políticos en el primer gobierno del MNR, fueron crueles y el cerebro de ese aparato represor fue San Román.

Era el más odiado por la militancia de FSB. Muchos años después, coincidí con viejos falangistas que se quedaron en el exilio en Venezuela y en cuyos cuerpos estaban aún las huellas de las torturas sufridas.

Pero lo que no se quiere recordar es que hubo un tiempo en que San Román fue ensalzado casi como un héroe nacional por las masas siempre volubles.

Fue cuando el conflicto con Chile por el Río Lauca, que derivó en el rompimiento de relaciones diplomáticas entre los dos vecinos en 1962.

En lo más candente del conflicto, una manifestación en La Paz avasalló la sede de la embajada de Chile, pero los primeros en entrar fueron agentes de inteligencia de San Román, quienes se apoderaron de valiosos archivos.

Entre ellos se descubrió una red de funcionarios, políticos y militares que pasaban información reservada al gobierno chileno. Varios de ellos fueron enjuiciados y encarcelados. Recuerdo el nombre del general Claudio Moreno Palacios.

Por entonces, las labores represivas de San Román se atenuaron hasta que salió al exilio tras el golpe de Estado del 4 de noviembre de 1964. Casi de inmediato sirvió en la inteligencia paraguaya al servicio del dictador Alfredo Stroessner.

Ese 4N los universitarios tomamos la casa de San Román en Sopocachi y no pudimos impedir el saqueo a cargo de la plebe que nos siguió. En esos instantes lo más valioso que encontramos fue una caja con balas para fusil Mauser en unos pequeños depósitos del sótano.

La posverdad ya se conocía en esa época. En algún diario se publicaron las fotos de esos cubículos en el sótano, afirmando que eran celdas para presos y que “San Román se llevaba trabajo a casa…”

San Román, sin pena ni gloria regresó a Bolivia en el último gobierno de Victor Paz Estenssoro. Jamás fue juzgado. Murió en 1986 sin que se le haya devuelto su casa, que creo se convirtió en una escuela.

Así fueron las cosas.
Mayo 2022