Domingo 11 de septiembre del 2005
CON EL VOTO EN LAS MANOS
Por
Hernán Maldonado
Decenas de miles de bolivianos residentes en el exterior se quedarán en diciembre con el voto en las manos.
Me explico. La Sala Penal de la Corte Superior de Distrito de La Paz, interpretando cabalmente lo que manda la Constitución Política del Estado, declaró procedente el amparo interpuesto a nombre de esos bolivianos por el abogado Mauricio Ochoa y ordenó al Congreso la aprobación de una ley "con carácter de dispensación y urgencia" que haga posible ese voto.
Pero resulta que el actual Congreso ni se ha dado aún por enterado del fallo y sus miembros, abocados al proceso electoral de diciembre, están más interesados en sus propias agendas políticas y en conservar sus espacios de poder que en mirar un poquito más allá de nuestras montañas.
Salvador Romero, miembro de la Corte Nacional Electoral, apenas supo del fallo de los magistrados Dora Villarroel y Armando Pinilla, virtualmente descartó la votación de los residentes bolivianos en el extranjero para los comicios de diciembre.
Sus razones son bastante lógicas. Romero dijo que para que se dé ese voto es necesaria la aprobación de la ley reglamentaria, de un presupuesto para la infraestructura y superar el obstáculo de la escasez de tiempo.
En realidad estamos, como gustan decir los abogados, "a fojas cero". Lo logrado por Ochoa, a instancias de la extensa comunidad de bolivianos residentes en Argentina, no hecho otra cosa que poner sobre el tapete una vieja aspiración.
Lo positivo es la amplia divulgación del tema, porque lo de la aprobación de la ley reglamentaria de un derecho que esta inscripto en el artículo 97 de nuestra Constitución, es una gestión sin éxito bastante vieja realizada a varios niveles ante los parlamentos que se han sucedido desde 1993.
No hay nada que lleve a pensar que ahora este Congreso, que está de patitas en la calle, se apresurará a discutir y aprobar la ley reglamentaria.
Me pregunto si hay un plan contingente para mantener la presión de modo que nuestros parlamentarios aprueben de una buena vez esa ley, obedeciendo la "orden" implícita en el fallo de Pinilla y Villarroel.
Si se da, y teniendo en cuenta lo dicho por Romero, quizás sólo podría ensayarse un votación piloto de bolivianos residentes en un determinado país. Brasil, por ejemplo, donde aparentemente nuestros consulados allí tienen un empadronamiento bastante organizado.
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