Tierra Lejana-- Página de Hernán Maldonado




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Domingo 24 de julio del 2005


"BOLIVIA Y EL VOTO DE SUS EXTRANJEROS"

Por Hernán Maldonado

La Constitución Política del Estado establece que en Bolivia "son electores todos los bolivianos mayores de dieciocho años de edad, cualquiera sea su grado de instrucción y ocupación" (Art.220. Inciso I), sin discriminar si éstos viven en el país o el extranjero.

Muchísimo antes (Art. 40, inciso 1) la Carta Magna puntualiza el derecho ciudadano para "concurrir como elector o elegible a la formación o al ejercicio de los poderes públicos".

Estos grandes avances legales no siempre fueron así. Antes no votaban las mujeres y hasta 1952 las elecciones eran restringidas a los alfabetos y a los que devengaban rentas.

La Revolución Nacional con la aplicación del voto universal democratizó el voto, a pesar de las perversiones y distorsiones en los primeros años de su vigencia.

Ahora los discriminados son los bolivianos en el exterior, esos centenares de miles de "extranjeros", para usar la jerga de algunos periodistas sobre los futbolistas repatriados.

La Ley de Leyes les otorga el derecho sin ninguna clase de dudas. Lo que falta es su reglamentación para posibilitar su vigencia.

Este es el gran problema. Desde hace más o menos 15 años, por diversos canales, los bolivianos en el exterior hemos estado propugnando esa reglamentación, algo de absoluta competencia del Congreso Nacional.

Recuerdo que se lo planteamos en 1995 al presidente Gonzalo Sánchez de Lozada en una de sus visitas a Estados Unidos. Prometió acelerar el proceso en el congreso donde tenía ámplia mayoria.

"Comprendo el sentimiento de ustedes, porque a los bolivianos en el exterior les pasa lo que en algunos matrimonios. Los que están adentro quieren estar afuera y viceversa", dijo.

Chiste más o chiste menos, Sánchez de Lozada volvió a La Paz y no movió ni un dedo y las cosas volvieron a estar como estaban. Lo peor, a mi modo de ver, las cosas continuarán así hasta las calendas griegas.

No importa que los bolivianos desde el exterior aporten sustancialmente a la economía nacional con sus remesas mensuales o que se sientan más vinculados al país, gracias a la globalización tecnológica, que un compatriota viviendo en las entrañas de Jankomaya.

A nuestros políticos les preocupa que los bolivianos en Argentina, España. Estados Unidos, con las colonias más numerosas, les volteen los resultados de unos escrutinos del voto interno. Hasta en eso prevalece la mentalidad pueblerina. Otros países no le paran a eso.

Hasta México acaba de aprobar el voto de sus "extranjeros", cinco millones de los cuales viven en Estados Unidos.

Pero no sólo hay que superar la miopía de nuestros políticos, sino la mezquindad de algunos periodistas que nos ven a los "extranjeros" con ojos de envidia y creen que no tenemos ya nada que hacer en el país por habernos ido, por haber cruzado el Rubicón.

El camino es largo. Debemos insistir, pero no hay que hacerse ilusiones, sino vivamos de esperanzas, porque como decía el gran Arístides Calvani, las "ilusiones nunca se concretan, las esperanzas si".





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