Domingo 13 de agosto del 2006
UNA VIEJA PELICULA
Por
Hernán Maldonado
La instalación de la Asamblea Constituyente en Sucre ha servido para retrotraer épocas pasadas. Claro, muchos de nuestros actuales gobernantes no habían nacido y otros quizás eran unos imberbes como para dar ahora testimonio de esos tiempos.
Ver marchar a núcleos indígenas junto a militares en un desfile que otrora era exclusivo de la tropa que compone nuestras Fuerzas Armadas fue resaltado por los entusiastas locutores oficialistas como un hecho inédito, como un acontecimiento que debe figurar en las páginas de la historia nacional.
Obviamente ninguno de ellos vivió los tiempos que empezaron en abril de 1952, cuando las paradas se nutrian principalmente de miles de trabajadores mineros armados hasta los dientes y otros miles de campesinos, menos armados, pero luciendo sus indumentarias tal como fue visto este 7 de agosto en Sucre.
Pero ni en esas épocas, de enorme fervor revolucionario, sus dirigentes permitieron que los indígenas pasaran frente al palco oficial a paso de ganso. El presidente Víctor Paz Estenssoro no habría permitido que los campesinos, algunos ya de edad y hasta algunas mujeres, hicieran tal ridículo.
El general René Barrientos Ortuño estructuró el primer Pacto Militar-Campesino de los tiempos modernos y quizás todavía estaría gobernando si esos cables no se cruzaban en el camino de su helicóptero en Arque. Como prueba del amor que inspiró está el perenne manto floral con el que gentes del campo cubren su tumba en Cochabamba.
Quizás celoso del nexo que Barrientos construyó con los campesinos, el coronel Hugo Bánzer Suárez, en el apogeo de su dictadura, ensayó otro pacto, pero fundado en el odio. Difícil olvidar cuando pidió a los dirigentes indígenas que le trajeran al Palacio de Gobierno las cabezas de los agitadores, enemigos de su gobierno.
Así que viendo la marcialidad, el ondular de las wipalas, el sonido de los pututos, la policromía del desfile indígena en el “glorioso Día de las FFAA”, han sido inevitables los recuerdos. Fue como ver una película vieja.
Y hasta el guión sonó parecido. Los que dudan, recuerden estas frases pronunciadas por Paz Estenssoro tras decretar la reforma agraria y que palabras más o palabras menos se repiten estos días:
“...Os exhorto que trabajeis con el máximo de esfuerzo en las tierras que ahora son vuestras y en las extensiones mayores que se os va a entregar en ejecución de la ley agraria...”
“...Hay necesidad de aumentar la producción de alimentos. Nuevas especies genéricas, abonos y técnicas modernas son indispensables en la agricultura. Es indispensable abrir nuevas zonas aptas para el cultivo, vinculándolas mediante vías de comunicación a los centros de consumo...”
Ojalá que los “refundadores” del país vean esa película y hallen dónde es que fracasó o se extravió ese esfuerzo que ha quedado inscrito como la Revolución Nacional.
Esa página histórica labrada con sangre, sudor y lágrimas, que ahora mezquinamente se la ignora, posibilitó políticamente que tengamos hoy en el Palacio Quemado a un auténtico representante de esas masas de abril del 52.
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