Lunes 29 de septiembre del 2002
VENEZUELA EN UN MAR DE ODIO
Por
Hernán Maldonado
El diálogo se ha desvanecido y lo que hoy se ve en Venezuela son los puños crispados. Virtualmente acabó el tiempo de las palabras y en todos los rincones lo que se espera son los hechos.
Si hoy estuviera allí el gran Miguel de Unamuno quizás, y en una última invocación a la paz, repetiría su famoso discurso en la Universidad de Salamanca tras oir a su alrededor el "insensato y necrófilo grito de ¡Viva la Muerte!" que cubrió España con un millón de muertos.
Venezuela se enrumba estos días a un choque decisivo entre los que apoyan al presidente Hugo Chávez Frías y los que se le oponen. En unos y otros prevalece la intransigencia, el fanatismo y la intolerancia.
Estados Unidos exhortó el lunes a la paz. Ocho días antes fracasó el dialogo propuesto por una misión del Centro Carter, la Organización de Estados Americanos y el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas.
Chávez asegura que no se repetirá un 11 de abril, cuando fue desalojado brevemente del poder. Ante dudas de un sólido apoyo entre los militares, el gobierno estaría armando y entrenando milicias, según denuncia casi a diario la prensa.
Los aprestos para la violencia, como en ninguna ocasión anterior, entraron en una especie de apogeo la semana pasada.
He aquí una relación de lo más grave:
La prensa, abrumadoramente opositora, abiertamente llama al derrocamiento de Chávez, luego que este la describiera públicamente como una "basura" el domingo 15, día en que en Maracaibo fueron asesinados tres campesinos chavistas.
Altos generales, vestidos de uniforme porque no han sido dados de baja a raíz de los hechos de abril, llaman a sus camaradas a pronunciarse, en concurridas ruedas de prensa.
El general Gonzalo García Ordoñez, embajador en Bolivia hasta el 11 de abril, se declaró en la clandestinidad, mientras su esposa acusa a Chávez de perseguirlo injustificadamente.
El general Enrique Medina Gómez, ex agregado en Washington, se solidarizó con los capitanes Ricardo y Alfredo Salazar, quienes fueron detenidos y esposados públicamente cuando acudían a presentarse a un tribunal militar por haber sido los custodios de Chávez cuando este fue brevemente derrocado.
Los generales Luis Alberto Camacho Kairuz y Edgar Zambrano pidieron amparo del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) por las persecuciones de que son objeto.
El general Nestor González González dijo publicamente que el presidente está equivocado si cree que lo apoyan todos los militares. Es el más activo antichavista.
Luis Alcalá, secretario del coronel retirado Hidalgo Valero, presidente de la opositora Asociación Civil de Defensores Populares, fue asesinado a balazos el miércoles en las puertas de su casa.
En el velatorio esa noche, en una sala cercana se velaba a un amigo del presidente del TSJ, Iván Rincón, allegado a Chávez. Una multitud, que se enteró del hecho, rodeó, abucheó y escupió al magistrado hasta que este pudo ser rescatado por la policía.
Al día siguiente, en Mérida, Monseñor Baltazar Porras, presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, fue agredido de palabra y obra por simpatizantes chavistas.
El gobierno decretó ocho zonas de seguridad militarizando Caracas, en lo que se considera un solapado Estado de Sitio.
En abierto desafio a la medida, el jueves 100.000 opositores se concentraron en Chuao. La asistencia sobrepasó las expectativas de los organizadores quienes resolvieron convocar a una "toma de Caracas" para el 10 de octubre.
El viernes Chávez anunció que sus partidarios recuperarán la calle. "La revolución tiene quien la defienda", aseguró.
El mismo día, su primer ex ministro de Defensa, general Raúl Salazar, pronosticó la "salida violenta" de Chávez antes del 10 de diciembre.
La poderosa empresa privada decidirá esta semana la fecha de un nuevo paro ante las exhortaciones de Chávez a sus partidarios de apoderarse de las fábricas que vayan a la huelga.
La Confederación de Trabajadores de Venezuela resolvió adherirse al paro empresarial y por su cuenta tiene pendiente señalar fecha para otro paro, que estima será el definitivo para lograr la salida de Chávez.
Todo esto hace temer lo peor en un país sumido en una crisis económica espantosa, con un 16.5 por ciento de desocupación, con las arcas fiscales en quiebra; la desvalorización del bolívar en un 100 por ciento desde febrero, unas fuerzas armadas fracturadas y una creciente desobediencia civil.
Uno de los pocos optimistas que quedan parece ser el embajador de Estados Unidos: "Yo creí que la principal fuente de energía en este país era el petróleo, pero he llegado a la conclusión de que es el rumor, multiplicado por el número de teléfonos celulares que hay", dijo Charles Shapiro. ¿Lo habrá dicho en serio?
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