LA "LUNA DE HIEL" DE MADURO

Por Hernán Maldonado

Es casi una costumbre que los primeros 100 días de un nuevo gobierno en cualquier país sean los de su luna de miel, pero no es el caso de la presidencia de Nicolás Maduro en Venezuela donde la centena será recordada como la de su "luna de hiel".

Por más que el régimen se esfuerza, a través de un torrente de información oficial, de mostrar que el país avanza hacia el progreso, la realidad es que el malestar social revela una crisis económica descomunal con imprevisibles consecuencias políticas.

Maduro, además, se enfrenta al desconocimiento de la mitad del país, que recuerda que fue candidato pisoteando la Constitución Nacional, avalado por el Tribunal Supremo de Justicia, y que ganó las elecciones del 14 de abril por una ventaja de apenas 1.5% de los votos incurriendo en una gran estafa.

Cuando Maduro anunció su triunfo, dijo que aceptaba que se realizara una auditoría del voto y con esa promesa logró que al día siguiente en Lima la UNASUR "reconociera" su victoria. Fue otra burla, porque la oficialista Corte Nacional Electoral nunca entregó los cuadernos de votación, como exige la oposición.

Mientras tanto la población se encontró con un colosal desabastecimiento en los mercados. Falta hasta el papel higiénico. Algo increíble en un país que recibe casi $90 millones diarios por la venta de petróleo. El gobierno culpa del desastre a la oligarquía y al imperialismo, cuando lo obvio es que es resultado de las expropiaciones que sin ton ni son produjo en 14 años el finado presidente Hugo Chávez en su empeño de implantar en Venezuela el "Socialismo del siglo XXI".

Desde principios de junio las universidades se han sumado a la protesta demandando mejores presupuestos. Creen que el gobierno busca cancelar su autonomía cobrándole una vieja deuda. En 14 años jamás el chavismo ha podido ganar una elección estudiantil.

Aparte de las disidencias internas, algo que nunca hubiera permitido Chávez, Maduro se enfrenta a un gran problema de liquidez. Venezuela está vendiendo a futuro su petróleo que está todavía bajo tierra de manera que los venezolanos que aún no han nacido ya están endeudados.

Al cúmulo de problemas se suma el anuncio hecho por el ex embajador de Panamá ante la OEA, Guillermo Cochez, de revelar en los próximos días que Maduro es de nacionalidad colombiana.

Cochez, que perdió el cargo por presión de Caracas sobre su gobierno, se ha convertido en acérrimo enemigo de Maduro. Las denuncias no son nuevas, pero el gobierno venezolano mantiene silencio. Hay tres versiones oficiales sobre el lugar de su nacimiento.

Lo más probable es que Maduro, de padre venezolano y madre colombiana, nació efectivamente en Colombia. La Constitución venezolana establece que por su padre, Maduro adquirió de hecho la nacionalidad.

El problema estaría en que hubiera sido inscrito también como colombiano y que nunca renunció a esa nacionalidad. Como Venezuela no acepta la doble nacionalidad, Maduro estaría en problemas. Amanecerá y veremos.